lunes, 9 de junio de 2014

El capitán de las ruinas


Erase una vez una casa especial,
donde lo que mas había era gente que nunca había vivido en casas.

Y por eso, no sabían para qué servían
los interruptores que hacen nacer la luz,
los pomos que abren las puertas
o,
sobre todo,
los electrodomésticos donde se mezcla lo que luego alimentará a muchos.

E iban aprendiendo
-los que aprendían-
a base de intentos, resultados y fallos.

Y por eso la casa se caía 
porque eso es lo que era, una casa:
 no un garaje, un laboratorio o una fabrica de objetos imposibles 
-como los que nunca habían vivido en casas pretendían-.

Y la casa dejo de servir como casa,

y acabó cayéndose.

Solo una persona se salvó:
alguien que fue expulsado, por no estar a la altura de los que nunca vivieron en casas.

Este se salvó,

y ahora pasea por las ruinas de la casa,
y se pregunta si hizo lo correcto 

O

como los capitanes,
hubiera debido seguir dentro,
contra viento, marea y supervivencia,
y morir con ella.

Ahora mira los escombros

y llora

Porque la casa era necesaria para que todo lo que la rodeaba pudiera vivir,

Y el desterrado fuerza los ojos para encontrar una flor,

vida,

y seguirá yendo a las ruinas hasta que la encuentre

O,

como los capitanes de los buques para siempre varados,

su cuerpo al morir se haga humus

donde pueda germinar la semilla que la providencia transporte.

Just words

We are the stuff dreams dream on,
we are undreamt dreams,
waiting to be dreamt
 -and thus, quickly forgotten-
by a little waking stone,
 in the midst of what remains of a lost sea.
We are the unshed tears of widows to be,
fictional fears for unexisting,
unsung,
losses.

Coins shed into a bottomless well
while the authors of our fall will remain
-for eternities-
waiting for the sound 
of an impact 
which will never come.

We are the sad moments of the Cheshire cat,
the sober thoughts of Leopold Bloom,
Odysseus lost compass,
bombs full of roses, waiting to fall on phantom cities.

We are images
-poweful or not-,
voices
-eversounding or silent-,
dreams of dreams
-awaken or dead-,
that uncomprehended beauty which makes us cry,
the unsung question,
the drums beaten on ragged human skin by the stumps of the unborn,
the rage of the innocent condemned to never be born
-and nevertheless, bearing eternal witness to the decadence of this race-.

Poisonous balm,
sweet tears edulcorating the primal milk,
tame Leviathans
.
..
...

(Just words, never to be read)