viernes, 30 de agosto de 2013

lunes, 26 de agosto de 2013

No solo Ridley Scott homenajeó el Nighthawks de Hopper



El ojo de Millan Astray

Hasta hace muy poco descansaba en Ceuta, en un frasco de formol (fastídiese, Mr. Damien Hirst), el ojo que le extirparon a Millan Astray por la herida sufrida en la batalla de Loma Redonda a principios de 1926: sí, el de verdad.
En el museo de la Legión de la ciudad autónoma pasó décadas, viendo lo que su dueño ya no veía, hasta que se cumplió el deseo último del cofundador de la Legion y, como no podía descansar donde él hubiera querido (ya era territorio marroquí), lo colocaron en el panteon de los héroes de Melilla, tras una de sus piedras. Y allí descansa, cansado ya de ver con su niña sin pupilas.

Así lo oí, así me lo han contado, y así lo transcribo

La biblioteca de Julio

Los culturetas de mínimis piensan que para demostrar lo al día que estan en comics basta con poseer -ostensiblemente, eso sí- el Maus de Spiegelman, el Pyongyang de Delisle y el Persépolis de Satrapi (los sublimados añadirán el caballero oscuro de Miller, from Hell, la muerte de Superman o algo oscuramente distinto, segun ellos). Con eso ya cubren: ya molan.
Pero una biblioteca de comics es algo totalmente distinto. Una biblioteca de comics no puede ser ordenada, ni prevista desde cero: ha de revelar una determinada evolucion del lector, un camino ininterrumpido desde la niñez hasta la edad madura, en que la coleccion prosigue, crece. No se puede comenzar leyendo comics con Eisner o Jodorowski: eso es como leer el Quijote a los 6 años. Hay que comenzar leyendo tebeos; luego comics y despues ya hablaremos de novela gráfica o arte secuencial, que diría cierto hebreo que contrataba con Dios. En España, hay que comenzar con los grandes del tebeo: con Mortadelo, Zipi y Zape, Asterix. Con las versiones de los clásicos vividas por el Superlopez de Jan combinándolo todo con Tintin, adaptaciones de las novelas clásicas (tipo Joyas literarias juveniles) y algun que otro héroe de los de siempre, sea el Corsario de Hierro, Superman o Daredevil. Despues iran viniendo protoheroes, antiheroes y heterodoxias. Despues vendrán Sandman, el Rasputín de Corto, el Carlitos de Paracuellos o . Entonces es hora de disfrutar del comic europeo, los grandes americanos o la novela gráfica argentina: entonces la lectura del contrato con Dios, Mort Cinder o el Incal serán el placer que intento degustar a diario en casita o,cual es el caso, en la Ceuta de Dani, donde he encontrado, en la biblioteca de Julio, el mejor ejemplo de lo expuesto. Y para ellos (aquél aquí abajo, éste ahí arriba), van estas líneas.