lunes, 25 de julio de 2011

Me largo (hala)

Mañana me largo al mismo sitio que el año pasado. Me encantaría escribir un largo hasta luego, pero estoy de vuelta de Tanger, molido tras unos días de música Tamazigh, pastela, ras el hanout, llaves sefardíes y ferry, y mañana por la mañana me esperan los de British Airways. Pepe estará por casa y espero que vosotros no me olvidéis, pues me temo que el bloqueo de blogger sigue en mi lugar de destino. Os dejo con Trecet, Alcanda, Gasset Dubois, Pumares, Russell, Puccini... A la vuelta veremos en qué acabó el tarado de Utoya (declarado inimputable, pues los noruegos no pueden aceptar que esto pase cabalmente en su país y, peor, a los suyos), si los USA al final se declararon en bancarrota -compren yuanes renminbi-, y tantas otras cosas.

Un abrazo y felices vacaciones a todos

martes, 12 de julio de 2011

lunes, 11 de julio de 2011

enésima licencia friki





Mejor no pregunteis, que tengo que liarme a hablar de AFA, de prototipos, food premiums... y en el fondo estoy cumpliendo la promnesa que le hice a un amigo del mondo friki-bizarro éste

jueves, 7 de julio de 2011

El San Francisco de Messiaen o "ahora comprendo a los milicianos"


A ver si me explico. Duración aproximada del bodrio, según la excrecencia de octavilla que ahora sustituye al antiguo cuadernillo: 5 horas con 45 minutos. eso sí, ahí estaban todos, oseatejuro, desde la realeza, encarnada en Doña Sofía y su hermanica, pasando por premios Nobel -advinen Uds. quien-, alcaldes de Madrid, Ministros, magistrados de las más altas instancias, jefes de gabinete, jovencillos con traje entallado y corbata de bufete importante con sus quieroynopuedas de vestidos inapropiados para el Madrid Arena... y el que suscribe, con su camisica camboyana comprada al hijo de Curro, a ver por dónde iban los tiros.
No soy de los que presumen de odiar la ópera contemporánea, tomarme un bocata después de haber cenado en un restaurante de cocina de autor o reirme de las performances de Arco, pero de verdad, no soy capaz de recordar cómo pude llegar vivo al final del Acto I. Supongo que el auditorio, tan imbuido de trajes nuevos del emperador, dirá que fue mítico, pero mítico, lo que es mítico, solo lo fueron los ronquidos de la mayor parte de los asistentes. Ni siquiera Ruiz Mantilla, en la crítica del País, ha sido capaz de instilar la más mínima emotividad en un texto que, igual que todos los que he leido al respecto, parece que no se atreve a describir lo visto ayer como lo que realmente fue: un tostón disfrazado de superproducción: vamos, que solo faltaban las gafas 3D.
Si yo quiero ver una cúpula que me mole, me voy al duomo de Florencia o a ver la de Zamora. Si quiero ver un huevo de músicos juntos, me acerco al conservatorio en fecha de exámenes, y si quiero ver cómo más de 130 voces pegan mugidos (pobres profesionales) me voy a un partido de tercera regional, que es su sitio. Pero si voy a una ópera contemporánea, no quiero ver ni otra puesta en escena metafórica (lo del leproso con el tapao de negro unidos simbólicamente mediante un lazo que se va deshaciendo es de traca: te echo de menos, Bieito), ni a un tío cuya única expresión es la que le han contado que debe tener un iluminado, ni una obra sólo superada en dinamismo y tensión por "cinco horas con Mario II: la siesta de Carmen". Por favor, señores, no me innoven con estas cosas y, se lo ruego, larguenme a Mortier, que nos la ha vuelto a meter otra vez, solo que ésta, el miedo a quedar de reaccionarios e incultos me huelo que nos va a impedir protestar. Tenían que haber visto la cara de Gallardón a la media hora del espectáculo de marras...
D.

viernes, 1 de julio de 2011

Miralles y su croissant

Centrado en las "nuevas adquisiones" olvidé colgar uno de los hitos del ingenio patrio, que es el maravilloso onanismo de MIralles, onanismo que encubre un peso específico de filosofía que deja frito. In other words, en todo hay belleza y en todo hay matemñatica. Y si la variable aurea no es más que una proporción matemática, la belleza es proporción, y el atractivo son las micras de imperfección de la misma. De modo que la pasión son las curvas no acotadas del Gran Arquitecto (no deduzcan otros significados, por favor), con que cubre una perfección universal. Esperemos encontrarla, si bien prefiero quedarme en la capa de belleza con que se cubre lo estructuralmente perdurable.