Para excusar un excesivo trasunto (y retraso) en la actualización de este blog, no hay perdón, aunque sí excusa: el tiempo, el caos, las sobrecargas neuronal y emocional, Granada, Sevilla, Barcelona, las mediaciones,las resoluciones, las dudas, la vida que te vive y te lanza sin tener en cuenta qué es lo que de verdad necesitas... Estoy en el Aeropuerto de BCN, mi vuelo se va a retrasar más de una hora, y aprovecho el primer estado de serenidad en más de un mes para reivindicar mi derecho -y el de casi todo ser humano- a la redención (quedan fuera Hitler, Stalin, los etarras y demás fascistas). Tras dos días con Antonio Bernal y Mercedes, es decir, los papis adoptivos, vuelvo a focalizar, máxime teniendo delante la portada del Superjoyas en que Antonio ha representado el "cuento de Navidad" de Dickens con un Scroodge sobrevolando Londres de la mano del fantasma de las Navidades presenttes, por encima de unos niños construyendo un múñeco de nieve. La Historia de la Humanidad es la Historia del eterno anhelo de redención: desde Saulo de Tarso hasta Darth Vader, pasando por Falstaff, Ebenezer Scroodge o todos los malos que al final se hicieron buenos, el único verdadero anhelo de todo ser humano es disponer de un minuto en que podamos enmendar todo lo malo, lo oscuro, lo maldito y secreto que alguna vez hicimos a alguien y/o a nosotros. Siempre llegamos a un punto, antes o después, en que algo nos dice que tenemos que parar: que tenemos que sentarnos y arreglar los desarreglos. No volver a empezar, porque ni se puede ni se debiera querer: es una cuestión de cambiar, de arrogarnos una nueva -y para algunos- última oportunidad para ser mejores, que no es sino merecer ser queridos. Y esa necesidad se nos pone de manifiesto de muchas maneras, nunca buenas, pero siempre determinantes. Para algunos es un accidente; para otros, un despido, un divorcio, la muerte de alguien que se fue sin perdonarnos, las transaminasas altas, orinar sangre o el desprecio del padre (o del hijo). Lo importante es que la vida nunca te susurra al oido que es tiempo de cambiar. La vida no tiene miramientos y, simplemente, te atropella dureo, aunque sin matarte. Y sólo unos pocos, los que son sabios, aún sin saberlo, se dan cuenta de la necesidad de cambiar antes de que sea demasiado tarde. A mí en un mes no me ha pasado nada de esto, aunque tampoco soy sabio, pero... Tengo ganas de que llegue la Navidad, pues tiro para Málaga, y tiro sin nadie: sólo con unos cuantos libros, unas zapatillas cómodas para pasear y las ganas de saber si mis insuficiencias respiratorias son por la lógica ansiedad, como dice Luis Felipe, o por otra cosa. En todo caso, ha llegado el momento del orden, siquiera transitorio, y del coligo virgo roses pues, si no, puede que no las pueda recoger y las tenga que ver crecer desde la raiz.
Perdón por el vacío, pero nunca es tarde para intentar ser mejor. Hoy, por ejemplo.
L.
lunes, 8 de diciembre de 2008
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5 comentarios:
Pues si que te has tomado al pie de la letra lo de actualizar. Ya veo que has vuelto "a picar" con tu papi adoptivo. Al final, vas a pillar empacho. Aunque es inevitable.
Cuidate esas insuficiencias.
betiaran
Pues claro que sí!
un beso
martaté
Créeme mi querido amigo, eso no es otra cosa que ansiedad. La conozco muy bien; me acompaña a diario al igual que me acompañó en otras épocas, y he visto en tí los mismos síntomas que experimenté hace ya un tiempo cuando la ansiedad se acomodó en mi vida. Procura relajarte y descansar, y, sobre todo, no darle muchas vueltas en la cabeza a ciertas cosas. Un buen libro y paseos por la playa estas navidades son buenos remedios para irla erradicando. Aplícate. Un abrazo.
LUCANO.
Mi querido amigo L.
He sabido de tu blog por terceras partes, y aprovechando el paréntesis navideño me he dedicado a hurgar en sus tripillas.
Dos comentarios:
1.- Vaya por delante mi felicitación. Te conozco bastante bien, compartimos aficiones, pero me has descubierto aspectos de tu personalidad que yo no conocía. Un blog fantástico.
2.- Complemento al punto 1. Tu lado oculto te está devorando, chaval. Cada entrada es más deprimente, gótico-filosófica y auto-resignante que la anterior.
Tío, lees las últimas entradas y Larra a tu lado era un pastillero de la ruta del bakalao.
A lo que vamos, déjate de rollos mesiánicos y vuelve a lo que siempre has sido y que es lo que mola.
Seguiré vigilándote de cerca. Ya sabes. Who watches the watchmen.
Fdo. Hamanaka.
Hamanaka: gracias a tí por los comentarios. De lo que dices, si no me conoces, sí me aprecias, lo cual es más importante. Y como no logro recordar con quién hablé de la obra de Gibbons y Moore, de pronta destrucción merced a la próxima película, hazme el favor de hacerme saber, de un modo u otro, quién leches eres. Gracias por adelantado. L
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