Feliz año. Propósitos de nuevo año: todos. Lo único que necesito es fuerza, ánimo y sueño para cumplirlos. Uno de ellos es no volver a dejar este blog callado por tanto tiempo. Hasta José me ha pegado un toque, así que... Estas vacaciones me han dicho dos cosas que no quiero olvidar: que durante las Navidades sólo los niños pueden ser enteramente felices, porque sólo ellos no tienen nada que añorar, y que lo importante de los años nuevos es que las cosas buenas no cambien. Creo que ambas personas tienen razón. Este va a ser un año de cautelas, de cautos y de comienzos de miedos que hasta hace poco eran meras conjeturas, pero siempre hemos salido adelante y todos sabemos el único problema que no tiene solución, así que de aquí a 365 días lo único importante es que todos sigamos aquí.
Espero que los reyes -que no son los padres, por mucho que el siglo XXI se empeñe en hacérnoslo creer- se hayan portado bien. A mí todavía no se si me han traído la serenidad que les había pedido: habrá que verlo a lo largo del año. Os dejo una lista de cosas de las que tendría que haber hablado y no hablé, aunque nunca es tarde.
Gaza
La esperanza
La desesperanza
Los miedos
Las refinanciaciones
Los plazos de las hipotecas puente
Los cepos de osos
Los cepos de personas
Las minas de racimo
Los racimos de minas
Las tierras de nadie
La cobardía
Las avestruces, sus cabezas, los agujeros en el suelo y el peligro que no desaparece
La imposible serenidad
La imposible paz
Los que no nos olvidan
A los que no olvidamos
Los papis adoptivos
La Navidad
La feliz Navidad
Los belenes
Los árboles
Los niños
Los recuerdos de los niños
Las memorias de los mayores que fueron niños
Las memorias de los mayores que nunca fueron niños
Las memorias de los mayores que nunca pudieron ser niños
Las memorias de los niños que no llegaron a mayores
El egoísmo
El egoísmo intencionado
El egoísmo conscientemente culpable
El egoísmo sin más
Cristo, el Che, Passy y otros pelanas célebres
Madoff, Manson y demás mitos diabólicos
Las pobrezas
Los responsables
Los irresponsables
Los presentables
Los impresentables
Los egos
Los egómetros
Lo que quita el sueño a ciertas personas
Lo importante
Lo verdaderamente importante
La familia
La infancia
John Dunne
Las únicas patrias
Itaca
Las sirenas
Los Ulises
Las metas
Los sueños
La realidad
P.S.- Juan, Lucano, Leonor, José, ISY y los que alguna vez me habéis honrado comentando en este blog: volved a hacerlo, pues ya se resolvió el problema con la publicación de los comentarios. Lo que escribais, como siempre, será inmediatamente publicado, para nuestra satisfacción
miércoles, 7 de enero de 2009
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1 comentario:
Hay dos cosas que me encantan de la Navidad y que creo que enlazan con las líneas maestras de éste tu primer post del año: la ilusión de la víspera de Reyes y el solsticio de invierno.
Los regalos (casi siempre) están bien, pero lo verdaderamente bello es poder sentir – durante los días que preceden al 6 de enero y especialmente la noche anterior -- que tu mente está predispuesta a algo mejor, el palpitar del deseo por un porvenir que ha de traer alegrías. La esperanza. El ansia de vivir.
¿Y qué mejor manifestación – símbolo hecho realidad – de la esperanza que la luz? Esa luz que durante meses (desde San Juan) ha estado en regresión, esa luz que está volviendo para acompañarte durante las horas más importantes del día, cuando empiezas y cuando te recoges …
Querido Demagophobe, este va a ser un gran año, basta con que te lo plantees y mantengas el rumbo firme. El casco, las velas y la tripulación ya los tienes. Tú diriges la nave, tú puedes.
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