sábado, 7 de abril de 2012

Por qué la guerra odia los puentes

Los puentes, una vez tendidos, perviven siempre: el Galata, el de las cadenas, el que sobrevuela el Howly... Y retan la estupidez de las guerras: por eso, quizás, sean los primeros en ser destruidos por las bombas. No por ser medios de abastecimiento, sino porque su presencia demuestra que lo que une vive mas que lo que separa: se ríen en la cara del caos y por eso el caos, orgulloso y vengativo, cada vez que reina se empeña en destruirlos. Pero siempre, siempre, renacen.
Los puentes son los unicos seres eternos, los únicos que, una vez en el munfo, nunca dejarán de estar.
Tendamos más puentes: nunca moriremos

1 comentario:

Leónidas dijo...

muy buena reflexión. Me ha gustado mucho.

Lo malo es que para que se pueda tender un puente, los de la otra orilla deben estar de acuerdo... y eso es tan dificil muchas veces.

un abrazo