jueves, 4 de diciembre de 2014
Grandes frikis de la Historia (2): Felipe II, el coleccionista de huesos
En su reino no se ponía el sol. Y en su Escorial no cabían las reliquias. El monarca más poderoso territorialmente de la Historia, el que introdujo en España la fabricación artesanal de la cerveza y prohibió que se utilizaran para su fabricación otros productos que no fueran trigo, cebada y lúpulo, el gotoso que gustaba de la caza, la olla podrida bien cargada y las mollejas, no paraba de atesorar las reliquias más diversas de las partes más dispares de los santos más variados; hasta el punto de que las crónicas dicen que todas las semanas dedicaba un tiempo de sus audiencias para recibir a los mercaderes de las reliquias más disparatadas. Se dice que en su posesión se hallaban trozos de la Vera Cruz como para construir un barco, varios craneos de un mismo santo y huesos como para suministrar a varias facultades de medicina. Y si a eso le unimos su vena acaparadora de cuadros del Bosco (que adornaban sus estancias como las de Goya las pinturas negras), su vena alquímica (construyó una Torre de Botica donde se experimentaba con todo) y las manías con los perros negros, creo que su espacio en el Panteón friki está más que ganado.
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