domingo, 10 de abril de 2016

Recuerdo de Maiakovski

Gracias a Ekaterina -Katia de Jesus-, los manidos cuentos de Chejov (Chekhov en los USA) y la charla, indispensable, sobre Dostoievski y Pushkin nos llevaron de cabeza a Bulgakov, y de ahí a Maiakovski, el futurista/suicida que nunca supe si era muy bueno o muy malo (lo que también depende mucho de sus traducciones). En todo caso, la alusion a los dedos que apretó, rompió, desgarró y sembró al aire como los pétalos de una margarita (me quiere, no me quiere...) siempre valen un recuerdo.


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