lunes, 4 de julio de 2016

búsqueda

Busco en mis palabras,
y casi todas han envejecido mal.
Las buenas, me las han robado.
Las justas, me las callaron
y las risueñas, las mancharon.
Las maduras criaron canas
las viejas, las olvidé.
Las jóvenes se fueron,
y no supe cuidar de aquellas que más amé.

Ahora,
mudo,
me enfundo en mi capa de vendedor de humo
y salgo a buscarlas.
Las llamaré por sus verdaderos nombres,
-los que solo ellas y yo sabemos-,
aquellos por los que siempre responden,
y las pediré que vuelvan conmigo,
a casa, de nuevo.

Para que otra vez,
debajo de la lámpara de mi padre,
en la vieja mesa camilla donde me fueron presentadas,
volvamos a ser uno y tres
ellas, el papel y yo:
madera
vientre
humo
voz
queda
quieta
hilo
olor
vida
mes
puerta
Fin

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