Se instaló en un mundo de ignorantes.
Alabanzas, incienso, humos, altares, dignificación.
Con sus tres ojos se limitó a vigilarlos,
Los atrapó.
No tenía boca, ni corazón,
Sólo unos inmensos brazos, que le aseguraban su triunfo,
Y los atrapó.
Cuando llegaron los sabios la descubrieron,
La desnudaron en un negro jardín.
Todo fue en vano,
La mujer x los devoró.
(A.G.G.R)
P.S.- Gracias, Georgina. Espero todos, pues valen más que la pena: valen la emoción.
miércoles, 23 de enero de 2008
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