En el continuo intento de este blog por dotar a nuestros simpáticos visitantes de herramientas que optimicen sus resultados en la vida (pronúnciese "supplying of tools to optimize managing of tensions and interactions with peers and situations", y cóbrese un pastón en concepto de counseling), os incluyo una anécdota que siempre nos deja bien en esas conversaciones en que no está mal quedar relativamente bien, que dicen.
"un hijo, al salir a recibir a su padre tras un paseo de éste por la playa, observó que su progenitor llevaba dos cubos, ambos llenos de cangrejos, si bien uno de los mismos iba cuidadosamente tapado y el otro, no. Al percatarse de dicha circunstancia le preguntó al padre la causa de la misma, a lo que éste respondió:
-Es muy fácil, hijo: en el cubo tapado llevo los cangrejos americanos, y en el descubierto, los españoles.
No sintiendo satisfecha su curiosidad, el pequeño pidió a su padre más explicaciones, a lo que el padre tuvo que aclarar la cosa:
-Verás, hijo, si dejo destapado el cubo de los cangrejos americanos, éstos hacen una torre con sus propios cuerpos y, ayudándose, van saliendo poco a poco hasta quedar el cubo vacío. Con los cangrejos españoles no tengo ese problema: en cuanto los de fondo del cubo ven que uno está a punto de salir, le agarran y tiran para abajo".
Moraleja: somos la leche. Habría que hacer un libro que se llamara "la rebelión de los que valen", pero no me atrevo por no valer...
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