martes, 21 de diciembre de 2010

Privatizaciones, estados de alarma, desinformación y controladores aereos

Hola, me llamo L. (hasta vergüenza me da poner mi nombre) y mi hermano es controlador aéreo. Mis padres son gente sencilla, honrada y trabajadora que siempre ayudó cuanto pudo a todo aquel que se lo pidió - y a muchos otros que no tuvieron ni que pedirlo-, y que ahora no se explican qué pueden haber hecho mal en la vida para haber engendrado a dos delincuentes como nosotros que, pudiendo ser haber sido constructores, tertulianos de la Noria, restauradores de a 300 euros el cubierto... decidimos, no obstante, hacernos respectivamente funcionario de justicia y controlador aéreo. Con lo bien que nos está yendo con todos los sectores estratégicos privatizados, en pleno estado de Alarma -prorrogado, que la situación bien lo merece-, con una Bolsa sanísima y llena de inversores extranjeros, y con los Derechos Fundamentales pisoteados cada vez que a cierto calvo le da por intervenir las comunicaciones de todo un colectivo, extrajudicialmente y con el mero sustento de los intereses del Estado... Con un gobierno -que no partido- de gente preparada, que sólo tira de Decreto-Ley cuando verdaderamente no queda más remedio, y en que cada alto cargo es un pedazo de experto en lo que hace. En suma, un gobierno sólo aventajado en cazurrería, frustración y mezquindad por una oposición de señores de clase pseudoalta y estética neoastracanera que se cree que disfruta de un derecho divino al poder y sigue recordando con rencor las elecciones de 2004... Con unos salarios cada vez más altos y el paro casi a 0, es lógico que se haya castigado a esos capullos pijos de controladores que ganan 1.000.000 de euros al año -que lo se yo, que he visto las nóminas- y que no ha hecho nada para merecerlo. No como próceres del estilo de Díaz-Ferrán, que por ayudar a los pobres sudamericanos de Air Comet se endeudó hasta el punto de que la malvada jueza -facha, como todos los jueces y demás poderes represores- sólo le encontró 632 euros que embargar. Como Florentino y los permisos para construir las 4 torres a unas alturas peligrosas para el tráfico aéreo. Como esos ministros, diputados y senadores tan competentes y que tan duramente se prepararon para servir con generosidad y sacrificio -buscar en el Diccionario de la RAE, si es que todavía no lo han quitado-; padres de un país cada vez más unido, estable y orgulloso en y de su diversidad -igualito que Francia o Suiza- y, por ende, preparado para hacer frente como un todo compacto en el respeto a la diversidad a un mundo cada vez más globalizado. Como la SGAE, protectora del patrimonio cultural español y mecenas de los artistas que empiezan; como... como la madre que nos parió a todos, qué cojones, que somos el único país capaz de ser cada día más gilipollas, con una prensa totalmente sesgada, en que El Público y La Gaceta de los Negocios se deberían vender en el estante de ciencia-Ficción de la FNAC. Con una desinformación tan bestia que la gente no lo quiere aceptar porque si lo hiciera tendría que asumir, igualmente, una serie de realidades que ponen los pelos como escarpias... No puedo ni siquiera defender al colectivo de controladores en mi propio blog porque inmediatamente tendría a los típicos pseudoguays de uno y otro lado de la laguna Estigia que me pondrían a caldo precisamente amparándose en que aquí se puede comentar lo que se quiera sin siquiera tener que identificarse... Y no es cobardía, es que me da verdadera pereza el mero hecho de pensar en ellos. En fin, que es una pena que, como pupas de mariposa-payaso, hayamos eclosionado en un país de pobres de espíritu en que las ideas murieron con gigantes como Suarez, Solana, Gerardo Iglesias, Gloria Fuertes, Lorca o Aleixandre, cada uno militante de ejemplo y no sólo de palabra agria. Llevamos años de vuelta en el 98 (ya antes del 2004, ojo), y ni siquiera ha surgido una generación de intelectuales que al menos compensara para la posteridad todo este caos. Ya no queda ni gauche divine ni derecha exhaustiva: solo el puñetero pan y circo de los diversos medios de comunicación. Peazo gobernantes y peazo oposición, valientes unos y otros. Y nosotros en medio, viéndolas venir y observando a las amas de casa intentar pagar, sucesiva e infructuosamente, con la Visa electrón, la de crédito, los cheques-restaurante, la tarjeta del Corte Inglés y, al final, teniendo que mentir a la cajera con el ya tristemente famoso "guardemelo un segundín, que subo a casa a por dinero y se lo dejo pagado". Y esto es lo que se ve en la calle. Ni siquiera desesperación: solamente la desazón de quien no sabe qué habrá detrás de los nubarrones que se avecinan. Pero no pasa nada, que ya habrá colectivos en quienes centrar la desesperación, el odio y la frustración. Siempre los hubo, ¿no?. Ahora bien, cuando nos cansemos de los controladores, ¿a quién le tocará?

Abrazos en pleno estado de alarma, de alguien que de verdad cree en la Constitución y en el espíritu de concordia, convivencia y tolerancia que la impregnó.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Wo tonyi ni.
C.C.

Juan Mármaro dijo...

Cátedra sentada...

demagophobe dijo...

O no: estoy abierto a cualquier comentario, pero por favor, que no sea el típico calificativo facilón (aunque algo así, viniendo de VI, es impensable, así que no me preocupo).
Abrazote y prepara los tupper...

Leónidas dijo...

Aun estando casi al 100% de acuerdo, (y admirando el estilo irónico con el que lo haces) no puedo dejar de hacer ciertas puntualizaciones (desde mi ignorancia)
Como dice Juan M., "cátedra sentada"... creo que me conoces y sabes lo que pienso de politicos y demás... Ni un pero a todo eso.
Sin embargo... no sé tu hermano (al que quiero y por lo que le toca, lo siento por él) pero tengo referencias fiables de que un controlador aéreo en Valencia se queja de que ahora sólo va a cobrar 200mil euros...

Por supuesto que eso de quitar derechos a decretazos no está justificado en que estos señores ganen lo que ganan (ojo, no estoy diciendo esto) pero me gustaría que tambien se hablase (en otra entrada al blog con ese tema, si quieres, para no mezclar churras y merinas) de esos salarios o ganancias desproporcionados (sea con beneplácito del gobierno, como hasta ahora, o no) de ciertos colectivos que no se sabe muy bien basándose en qué, se establecen.

¿quienes serán los siguientes? te preguntas... bueno, si se sigue en la linea de atacar a los que mas ganan (que eso en crisis vende mucho, tienes razón, y más en un país esencialmente cainita y envidioso como este) pues... ¿que tal los notarios? ¿y los registradores? figuras que de todos es sabido tienen una responsabilidad mayor que ¿un juez? (por poner alguien de la grey jurídica) o que salvan vidas como un cirujano cardiovascular (del cirujano estético que se forra no estoy hablando... ese está en el saco de gremios "a los que atacar")

Mucha parte de este problema lo crea una sociedad en la que se valora más a un futbolista (y se le paga más) o una modelo que a un maestro o un médico (por ejemplo)

En ese tipo de sociedades (mezquinas y egoistas) está el caldo de cultivo para los constructores del pelotazo y los políticos que describes... pero no olvidemos que la masa votante, esa que se queja porque no pudo coger un avión y envidia los salarios de un colectivo, pensarían muy distinto si a ellos se les fuera a bajar su sueldo, y no dirían que no a ganar lo que ganan los mismos a los que lapidan.

Ergo... ¿que esperabas? ¿qué esperais de "la sociedad"?

Tenemos lo que nos merecemos.

Ah! y como estamos en democracia, recordemos una cita que explica perfectamente en qué consiste esto de la democracia (y de paso, la "legitimidad" de decretazos)

"la diferencia entre una democracia y una dictadura es que cada cuatro años puedes emitir un voto"

PS. un abrazo a tus padres, de los que doy fe es cierto lo que comentas de ellos. (Y como no soy notario, no te preocupes, no cargaré nada en tu cuenta por ello)

Anónimo dijo...

¿Y qué hacemos para cambiar las cosas?, ¿qué opciones tenemos?... ¿Nos echamos a la calle y montamos una revolución?, ¿nos cargamos a todos los políticos?... ¿qué coño se puede hacer? Si ya no nos quedan ni ganas de alzar la voz. Tragamos con lo que nos echen, porque estamos tan desesperanzados que somos como esos suicidas que en realidad no quieren dejar de vivir, lo que quieren es dejar de sufrir, pero son incapaces de cambiar nada para mejorar ese futuro. Es que ni siquiera contemplan el futuro. ¿A mí qué me importa que le bajen el sueldo a los controladores si me van a quitar el subsidio de desempleado de larga duración? ¿A mí que me importa que suba la luz si me va a embargar el piso el banco? ¿A mí qué me importa que no dejen fumar en la parada del autobús si me van a medio privatizar la sanidad?. Es tanto el vacío de ánimo que dejan que cada vez quedan menos ganas...

Leónidas dijo...

Anónimo, muy bien descrito y expresado. !que razón tienes con la comparación con los suicidas¡

¿cómo arreglarlo? ¿revolución y a la calle? Sería un medio... pero para eso la gente tiene que morir de hambre (y quizá hasta sufrir más)

Eso pasaba en la Francia revolucionaria y en la Rusia zarista, junto con unas clases superprivilegiadas malgastando y expoliando los recursos comunes.

Eso no va a pasar aquí, nos quejamos pero aun vivimos muy bien como para montar una guillotina o un pelotón de fusilamiento. No hay ideólogos ni intelectuales carismáticos para que tiren del carro en un sentido así.

Pero ahora entiendo mucho más esos guillotinazos y fusilamientos. Si ocurriera otra vez y en esta ocasión les tocase a los políticos (esos que mantienen un tri-estado Estado-Autonomias-Municipios y Diputaciones Provinciales, esos que ademàs han multiplicado los gastos por 17 simplemente por establecer un modelo territorial que permite meter más "amigos" a chupar del bote, esos que tienen más coches oficiales que en no sé cuantos paises más ricos que nosotros... ) Sí, esos mismos que no tocan nada de eso mientras suben la luz, quitan subsidios, reocrtan pensiones, etc... para hacer el ajuste que parece necesario.

Sí, si ocurriera otra vez y les tocase a esos, yo no derramaría una sola lágrima por ellos.