jueves, 17 de diciembre de 2015

Raphael... ¿sinfónico?



Raphael está más allá del bien y del mal, que diría Nietszche. Raphael no es: está. No es que sea grande, es... es... vamos, que es Raphael. Ayer, el tío llenó hasta la bandera el palacio de deportes (ni Barclayscard center ni leches: palacio de deportes) de gente que iba, simple y llanamente, a pasarlo pipa viendo al último reducto de una época pretérita haciendo de sí mismo. 

Porque la gente no va a ver a Raphael cantar, sino a que un maestro de ceremonias bajito y con ocurrencias ya excéntricas les haga olvidar lo mundano, mediante un show perpetrado a base de glam patrio sesentero, astracanería, balada romántica (que dice la Wikipedia), total libertad creativa y destructiva (que digo yo) y, en fin, arqueología nostálgica revisitada cada año en un nuevo disco de los que el de Linares lanza puntualmente cada año: como churros.

Mas que un concierto, fue un meeting que ya quisieran poder dar los distintos candidatos del domingo, porque estábamos todos entregados. Raphael siempre juega en casa, porque este viejecito de setentaymuchos años y ojillos más vivos que nunca nos tuvo casi 3 horas -envidia, Bruce Springsteen- alucinados haciendo lo que le dió la gana. Y ya, cuando ejecutó (porque eso fue una ejecucion de paredon), a su manera y a su bola, el "have yourself a merry little Christmas" de su nuevo nuevo disco de villancicos, yo ya no daba crédito: solo era capaz de mascullar "este tío es grande", cual mantra, a la espera de la siguiente ocurrencia gigante.

A Raphael se le perdona todo, solo por lo que logra en el público: una especie de pacto, firmado simultanea y tácitamente por 20.000 viejitas, hipsters, cachondos mentales y ternuristas, por el cual durante esas 3 horas, la consigna es pasarlo en grande, cada cual a su modo y a costa de la faceta que libremente elija.

Grande, grande. Pero grande, este Raphael. Cuando venga el cataclismo, solo quedarán él, Jordi Hurtado y Wally con su cucarachita para clasificar nuestros restos. Y un buen día encontrará un vídeo Beta con el tamborilero, lo verá y se hará fan. Porque Raphael tendrá fans hasta el fin de la Eternidad.

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