y que tu queda voz me calme.
Habla sin ruptura,
poco a poco,
(a cada rato una palabra y a cada palabra, un rato)
llena el tiempo de palabras sanas,
y las palabras, de tu cordura.
Respira,
observa
y calla;
llena el silencio de sentido
y el vacío, de buen criterio:
ese que vosotros pocos conservais,
y que con vosotros se va yendo,
poco a poco.
Tu sabio camino contemplé, quieto.
Es tu muerte,
tu falta,
la que temo.
Y no por mí,
ni por los nuestros,
sino por el resto.
A Juan Antonio Hurtado (1960-2016), in memoriam: descansa, amigo mío, y sigue cuidando de los tuyos. Aquellos que, aun sin poderte ver, te encontrarán siempre.
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