martes, 24 de mayo de 2016

Maneras de vivir

Maneras de vivir, ademas del hit del gran Rosendo, es una idea tambien predicable de "la escafandra y la mariposa", esa conmovedora crónica de Jean-Dominique Bauby llevada al cine por Julian Schnabel y ,especialmente, de la gigante "tierra de Tom Tiddler", el enclaustrado personaje de Charles Dickens al que todos acudían para contarle aventuras. Lo mismo se podría postular de Karl Konrad Koreander, Momo, Stephen Hawkings o, asumo, cualquier otro soñador impedido física, económica o emocionalmente, para hacer realidad unas proezas que su creatividad, su genio, suple de sobra.

Hay lugares donde vivir aventuras solo atisbadas en nuestras fases REM; bellos y sensibles seres que amar, dulce o fogosamente, bajo los siete bueyes de la vía lactea. Proezas inéditas, todavía originales, que parecen creadas para nosotros, y misterios por desentrañar que albergan el premio de la Eternidad.

A veces hay que buscarse más allá de Tannhäuser. Pero otras, las más, basta con asomarnos a la ventana, oler la tierra mojada bajo el alejado recuerdo de los truenos que ya no nos sobresaltan, y recordar que ese mismo olor es el que el Corsario Negro, Quintin Durward, el baron de Munnchausen o el universitario de Tian'an Men olieron justo antes de la peculiar batalla que convirtió a cada uno de ellos en seres inolvidables.

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