martes, 12 de agosto de 2008
Divertidas anécdotas de la noche madrleña (1): el Inspector de Prohibición de Entrada en los Cines
Desde luego, me encanta disfrutar de un sitio donde, como no te conoce ni Buda, el anonimato te permite presenciar anécdotas como la de esta noche. Estoy disfrutando estos días de la presencia de mi primo Carlos y su mujer, Isabel. El tal Carlos, además de un brillante alumno de Derecho por la UNED, es un 4x4x4x4 con el carácter de los dogos alsacianos: muy grande, pero muy tranquilo el chico, no como el que suscribe que, cual chihuahua en celo, ladra y ladra hasta que le muerden la cola, momento en que salgo escopetado y que me echen un galgo. En fin, que fuimos al principe Pío a ver "Venganza", la última del brillante actor Liam Neeson, película de amor, aventuras y profundidad sólo asimilable a Torrente. Y en medio de tal pedazo de película, veo como el sujeto sentado delante de mi primo, probablemente envalentonado porque se hallaba en la fila VIP ( 8 euros por cabeza, no como los pobres que sólo podemos pagar las de chichinabo), se vuelve -con el medio metro que levantaba del suelo- y, airadamente temerario, le espeta al susodicho familiar: "como no dejes de darme gopecitos en la silla, te voy a prohibir entrar a los cines". Y se queda tan pancho. Mi primo, que en un prodigio de expresión postural se había abrazado al asiento del precitado, para mejor oir lo que éste le decía y, en su caso, aplaudir debidamente la ocurrencia, no pudo menos que, presa del lógico pánico que asistiría a cualquier ser humano ante tamaña papeleta, echarse hacia atrá, con un pavor solamente comparable al que se puede sentir viendo la peli porno de Eduardo Dantés. Españoles, la figura del Prohibidor de Entrada a los Cines existe, y es pavorosa. Y yo, que el miércoles quería ir a ver Batman...
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