jueves, 23 de febrero de 2012
The Artist, de Michel Hazanavicius
Ayer fui a ver the Artist y, sinceramente, me deprimió.
Me deprimió recibir lecciones de los franceses sobre buen cine. Comprobar que en este mundillo cinematográfico patrio, donde parece no haber más temas que cárceles franquistas, malos tratos, violaciones de transexuales y pan negro, las perlas de imaginación solo vienen de extramuros.
Me deprimió no tener más remedio que enfrentarme a la mediocridad de nuestro cine ante el visionado de una obra maestra como el sueño de Hazanavicius, un perlón al que, por mucho que me esforzara, no pude encontrar ni un jodido pero. De verdad, que me entristeció: llevaba mucho tiempo ciego y, lo peor, sin recordar que una vez ví. Y el visionado de The Artist me jorobó la noche, el hoy y muy probablemente el mañana, precisamente por eso: porque te despierta del sopor castrado en que nos ha sumido la misma mierda cinematográfica que nos sirven, que no hace más que estrenarse una y otra vez, pero con distinto envoltorio. Y llega este accidente conematográfico, esta bella casualidad cósmica, este milagro termodinámico, y te arranca del sopor, te sacude violentamente hasta que no te queda más renmedio que abrir los ojos y afrontar que, una vez, hubo belleza.
Una vez, hubo Fred Astaire y Ginger Rogers bailando al son del Cheek to Cheek,
Un hombre tranquilo que acabó enamorando homéricamente a la hermana de Willy Danaher
Un buen gangster -pelín obsesivo con las naranjas- que obró un milagro en una Bette Davis monstruosa por lo inalcanzable
Un candidato a Prime Minister que renunció a todo para reencontrar la paz en el Shangri-lá
Un malvado predicador de puños tatuados y falta absoluta de escrúpulos
Un sheriff valiente, solo ante el peligro
Un angel pelín borrachuzo que se encontró a sí mismo, mientras intentaba salvar a George Bailey de la desesperación
Un Robin Hood bello y valiente, que salvaba a la doncella Marian
Una quimera del oro
Un trineo no del todo olvidado
Una luna tuerta de un cohetazo en un ojo, y un Segundo de Chomon que hacía escaleras al cielo
Dos carotas que se colaron disfrazados de mujer en un tren lleno de cabareteras
Un hueso de brontosario: el último para completar el esqueleto entero
Un halcón maltés
Un temible inspector general: (bonapartiano, no del CGPJ)
Un prisionero de Zenda
Una novicia que de pronto se encontró con un montón de niños cantando Edelweiss
Un general Custer que hizo todo lo que pudo, per no fue suficiente
Un cubano exiliado que murió atascado de su propia droga
Un alcalde nuestro que es, que nos iba a dar una noticia desde el balcón del Ayuntamiento
Un pueblo en que los papeles se repartían en votación: desde el de alcalde, hasta el de adúltera, y en que los hombres ´brotaban de la tierra
Unos tacones lejanos
Naves más allá de Orion y rayos T en las orillas de Tannhauser
Angeles intentando ser humanos en la Alemania del muro
Partidas de ajedrez con el segador
Un sueño de Alejandría
Letras pi y letras Z
Unas fresas, salvajes
Cintas blancas
...
Menos mal que nuestra "candidata" logicamente no pasó ni el primer filtro de los Oscars: haber posado al lado de el gigante que vi ayer no habría hecho sino aumentar la vergüenza de todo espectador con dos dedos de frente. Pero en fin, el que no aprecia el traje nuevo del emperador, es que es tonto.
Gracias por recordarme que, aun hoy, sigue brotando belleza de algún que otro proyector de 35 mm
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Me jode estar de acuerdo contigo, y mucho
Pues yo no, como de costumbre cuando se pone usted "estupendo" con el cine español. The artist no es un buen punto de referencia para nada. Es una película excepcional (y no digo excepcional por lo buena, que lo es, sino por lo excepcional), no solo en relación al cine español, sino en relación con cualquier otra cinematografía, y no digamos en relación con la francesa (cine mayoritariamente insufrible). En España no ha sido un buen año, la verdad. Aún así, nos ha dejado alguna joyas, en especial Blackthorn y No habrá paz... Y fuera de España (a mí no me deprime lo de fuera, me alegra y me oxigena) tampoco ha sido un año remarcable, comop lo van a demostrar los muy mediocres oscars. Aún así también, el mejor Coen desde hace mucho, el mejor Woody Allen y una extraordinaria película iraní que espero que gane el oscar a la mejor película de habla no inglesa, ésta sí lo mejor del año, varios cuerpos por delante de The Artist.
Querido anónimo: ¿le parece a Ud. poco "el mejor Coen desde hace mucho, el mejor Woody Allen y una extraordinaria película iraní [que voy a ver mañana por la tarde a los Paz]"? Lo de fuera no es que me deprima -me habré explicado mal-, lo que me deprime es que no hayamos sido nosotros los que, teniendo material humano, ultimamente estemos haciendo esas joyas cinematográficas. Y si bien estoy de acuerdo con Ud. en lo atinente a las dos españolas que cita, creo que tantos Goya la han sobrevalorado.
No infravaloro cuestro cine: le exijo lo que puede dar y, ultimamente, no está dando.
Gracias por sus comentarios: como los cubitos de Knorr, no [es]cuecen, sino que enriquecen.
Querido blogger, con todos los respetos. Confío en que no dirá usted en serio que va a ver Nader y Simin en versión doblada ¿verdad?. Porque, de ser así, entonces no va usted a ver Nader y Simin.
Publicar un comentario