El que haya oido hablar de la -cuando menos curiosa- "HOLA... Señor Dios", dirigida por Manuel Esteba, tiene mi admiración. Y si la ha visto, ya ni te cuento. En mi celo de coleccionista friki, enfrascado en la búsqueda y visionado de las películas mas raras (imbuido por mi amistad con el gran Carlos Atanes, que me ha abierto el umbral de la Imdb), pensaba que tras Forbidden Zone de Richard Elfman, el guns in the Clackamas de Plympton (gracias, Jebediah: de paso, vean Idiots and Angels, mola) o Tromeo & Juliet ya lo había visto todo. Atras quedaban -por consagradas de uno u otro modo- el perro andaluz, las pajillas de Jodorowsky, el trasnochado John Waters o las maravillosas Johnny cogió su fusil, Freaks o garras humanas. Pero leche, ha sido ver esta peli y recuperar mi fe en la superación humana: es que me he quedado loco.
A ver si soy capaz de resumirla: niño con hermana enfermita al que le da por ir a Belen tipo Marco (el del monillo al que el padre le dejó ir a buscar a su madre en el culo del mundo: yo le quito la custodia) y que luego resulta que cae en una especie de sopor del que le despiertan los reyes magos en platillo volante (Machín hace de rey Baltasar: con dos cohones). Ni más ni menos, señores.
P'habernos matao
miércoles, 12 de septiembre de 2012
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