lunes, 1 de octubre de 2012

Pelle el conquistador: si es que no aprendo

Lo dicho. Por muchas leches que me lleve, nunca aprendo. He descubierto dos leyes naturales que nunca fallan:

A) Todas las pelis con nombre raro de niño + calificativo glorioso (vg. Pelle el conquistador, Totó el héroe...) son dramones forzados que acaban fatal y te dejan con el corazón cuarteado a base de sufrimiento solapado en el espacio de 130 minutos -si todavía fueran los típicos 100...-

Y

B) Vale que con el frío que hace por ahí arriba los pobres suecos y daneses las pasen canutas, pero coño, a ver si hacen alguna comedia de vez en cuando, que entre el puñetero Lars Von Trier, Bergman y la madre que los parió, no hay una sola película que no sea chunga: cuando la protagonista no es una ciega que resbala con la única piel de plátano de su país atravesándose el corazón con la espina de una fresa -salvaje, siempre salvaje, ojito-, es violada por su tío sesenta años mayor que ella o disfruta de ser puteada por su marido paralítico: manda huevos.

Señores directores de cine de septentrión: hay modos más divertidos de pasar los inviernos fríos (y primaveras, otoños e inviernos) que mandándonos dramones existenciales, por favor.

D.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya usted a ver la noruega Headhunters. No es la alegría de la huerta, precisamente, pero pasará usted dos horas estupendas (u horrorosas, según se mire). Y de paso descubrirá al extraordinario escritor de novela negra Jo Nesbo.
De nada