viernes, 26 de octubre de 2012

Viendo "la delgada línea roja", de Terrence Malick

La guerra en un milimetro de segundo, en un corto espacio donde se aglutinan rasos, capitanes y coroneles. Donde velar por vidas cede ante el momento de gloria del frustrado, de quien ni llegó ni llegará, pero ve llegados, al fin, sus mezquinos cinco minutos. Y quien se enfrentó a la mezquindad del cargo medio para salvar vidas se ve recompensado con el ostracismo, pero nunca con el olvido de aquellos a quienes salvó. Porque el olvido queda para quien sacrifica su humanidad por un instante de gloria, pero la dignidad de quien no claudica sí se recuerda. Como los microsegundos en que se intuye que, en algun lugar, todavía queda belleza: en el fondo del abismo queda algo de belleza, si se quiere encontrar. En el fondo, queda algo de humanidad que se rebela frente al oro de los dientes arrancados a los muertos, que nos arranca la egoista venda para ver la verdad: que no es oro, sino dientes de muertos. Y, así, hace vomitar la bestia, con sus nuevos dientes de oro que nunca servirán para comer. Y al final esa bestia de dientes dorados muere de hambre, porque ni las bestias pueden vivir sin alimento: sea este el que sea.
Y, muerta la bestia, el hombre tiene una oportunidad de volver a ser hombre. Y alimentarse de la belleza que, poco a poco, tendra que volver a aprender a descubrir.

Y al final, solo se pierden dos cosas, que se van de nuestras manos: vidas y tiempo. ¿Y qué es una vida, sino un espacio de tiempo que ocupamos por un solo momento? Y el tiempo que perdemos no se recupera: se podrá buscar con el recuerdo, pero no rehacerlo.

"-Do you ever get lonely? 
-Only around people. And you, do you still believe in that beautiful light?
- I still see a spark in you".

...

(Porque el fuego debe dejarse morir. No apagarlo a pisotones)

... 

-Where is your spark now?

... Y si nunca llego a encontrarte en esta vida, dejame echar de menos tu ausencia
...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y al final, solo se pierden dos cosas, que se van de nuestras manos: vidas y tiempo. ¿Y qué es una vida, sino un espacio de tiempo que ocupamos por un solo momento? Y el tiempo que perdemos no se recupera: se podrá buscar con el recuerdo, pero no rehacerlo.

Dándole vueltas a este principio llevo 6 meses. Y aprendiendo a aplicarlo. Veremos si con la fuerza y voluntad suficientes. Gracias x recordárnoslo.

demagophobe dijo...

Gracias por hacerlo tuyo