sábado, 28 de febrero de 2015

Taxi, de Jafar Panahi, y una joven camina sola de noche, de Ana Lily Amirpour: doblete de cine iraní

Si hace dos años me dicen que un sábado por la noche iba a meterme dos películas iranís de seguido (el primer spaghetti western de vampiros iraní, entre otros) en la cinemateca de Luxemburgo, me habría mofado del temerario autor de tan aciago presagio. Pero mire Usted, todo llega y todo pasa, y ha pasado esta noche. En concreto premiere de "Taxi", de Jafar Panahi, y "una chica camina a casa sola por la noche", de la novel iraní afincada en USA Ana Lily Amirpour.

La disposicion del publico occidental hacia el cine irani está lastrada: en parte por la ignorante complacencia de quien se piensa superior,  y en parte por la arrogancia del metropolitano frente a la ex-colonia. Nos sorprende que en esos lugares tan lejanos se puedan montar mas de tres metros seguidos de celuloide, y con algo vagamente parecido a un guion. De tal modo, vemos las peliculas de estos países como quien hoy observa una linterna mágica o escucha funcionar un gramófono: con el asombro de quien se cerciora de que cosas así puedan realmente funcionar, pero sin pensar ni de lejos que estemos asistiendo a un acontecimiento técnico. Y así, lo juzgamos con la benevolencia y paternalismo de quien  se cree superior o másexperimentado, y no con la imparcialidad de quien juzga a sus iguales. 

El cine iraní debiera merecer la imparcialidad y el rigor crítico que volcamos en nuestro cine: solo así hablaremos desde la igualdad asumida, y no en ejercicio de una affirmative action en que subconscientemente caemos y nos solazamos. 

... Así que seré yo el primero en aplicarme el cuento: respecto a Taxi, decir que es un costumbrismo al que no podemos asistir como pijos del Viso en las fiestas de Lavapies. Y respecto a la segunda, que tiene como protagonista a una chica vampiro que se desplaza en un monopatín y lleva chador... mejor, ni hablo.
 
Et voilá.

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