Málaga cuenta con su propio triangulo del arte, esa trinidad Picasso-Pompidou-Thyssen que no hace sino atestiguar que cuando se quiere, la política sirve para algo, con independencia de las siglas. No obstante, la semana pasada pude al fin visitar el Thyssen malagueño, y saqué dos conclusiones: olé por Malaga, que convenció a Tita Cervera, pero más olé por la baronesa, que ha prescindido de lo mínimo y ya ha puesto sus Manolos en otra porcion más que representativa de España.
Un monton de costumbrismo malagueño y sevillano; un puñado de arte de las distintas épocas y el minimo indispensable de maestros (Sorolla, Anglada, Ramon Casas...) es lo que ha permitido que baje a Malaga. Luego ya irá prestando coyunturalmente algun Picasso, algun Barceló, algun Greco, Bacon o Hopper... y con eso se asegura las expociones temporales y que cada visitante dejará sus 9€ mas que encantado.
Brillante, señora baronesa, pero poco generoso...
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