miércoles, 30 de noviembre de 2016

1898. Los últimos de Filipinas, de Salvador Calvo





Una buena película, quizás pelín larga, cuyo mayor mérito es dignificar sabiamente un (otro) episodio berlanguiano de nuestra historia relativamente reciente. Papelones de Tosar, Elejalde y Gutierrez; óptima fotografía de Alex Catalán, con su parquedad de colores preseleccionados, y un puñado de puntos álgidos bien distribuidos a lo largo de un metraje al que sobran espacios entre acontecimientos. Si bien se nota la extracción del director en los arcos argumentales y su ruptura, en toto es una buena película, valiente argumentalmente y que sale bien parada del juicio del espectador objetivo. Vale la pena

jueves, 17 de noviembre de 2016

Diane Arbus. Siempre hay alguien antes







Es el cuento del pobre cuyas cáscaras iban comiendo, pero al revés: siempre hay alguien por delante. La fascinación por lo monstruoso viene de siempre. Solo que Arbus une lo monstruoso freak con lo monstruoso genial para hacernos ver que todos somos, a la vez, monstruos solitarios y seres únicos, capaces de magia. 

Sus freaks siempre albergaban una chispa de belleza en forma de felicidad, dignidad u orgullo y, por contra, sus dioses mostraban sin recato su parte humana. Y en esa zona de nadie se juntaban lo repudiado y lo ansiado, compartiendo extremos para juntarse, precisamente, donde la reflexión pare la idea y, con ella, el acto de creación pura.






miércoles, 16 de noviembre de 2016

Posts a hacer en breve

- Philip Guston o el hartazgo de la abstracción
- Anne-Marie Schneider, Pynchon y otros anacoretas
- El inencontrable David Nebreda con su spanish Art Brut (tan parecido en su patológica génesis al Zush/Evru o al artista encerrado del 2666 de Roberto Bolaño)
- Juana Mordó, Soledad Lorenzo, Eugenia Niño y otras herederas de Gertrude Stein
- El triunvirato Pérez-Minguez (Pablo, Luis y, sobre todo, el maltratado Rafael)
- Los discos de Tom Waits
- El destino descubierto de Arthur Cravan

....

Prometido que caerán después de las celebraciones ;-)

domingo, 13 de noviembre de 2016

Salaguti



En medio de la llanura burgalesa, en concreto en Sasamón, existe un sitio inesperado, cósmico, desde donde, según su propietario, se puede observar la curvatura de la tierra. Un museo unido a una casa-habitáculo, diseñados, construidos y dotados de la mano del artista multidisciplinar Carlos Salazar Gutierrez, Salaguti, a la vez arquitecto, pintor y escultor que ha creado el espacio más peculiar de todo Castilla-Leon. Retirado ya del mercado del arte, crea, pero ya no vende su obra y, en su lugar, disfruta enseñándola a propios y extraños de viva voz, a quienes habla de la libertad de quien no se ha vendido, del cosmos y de la riqueza de quien todavía es capaz de preguntarse de dónde venimos y qué representamos en el cosmos infinito que él ama hasta el punto de haberlo reproducido y hecho de él su habitat. Ojalá encuentre las respuestas y una tarde que volvamos a visitarle nos cuente que, como el Aleph de Borges, están pintadas para siempre en la escalera de acceso al piso superior de su museo, justo debajo de la cúpula de los planetas que ya planificara ha 45 años.



viernes, 11 de noviembre de 2016

La única canción que me serenaba

  Se ha ido. Solo había una canción que realmente me serenaba. Que me arrancaba la nostálgica cuasi sonrisa de quien ha llegado, al fin, a alguna conclusión, y se ha reconciliado con el autor de sus pecados.

Pero tenía que cantarla su autor. 

Con esa voz de quien sabe que dejó hace mucho de cantar canciones, para proferir manifiestos con ritmos que traspasaban esas glándulas que dicen que tenemos y que nos rigen, sin que lo sepamos. La voz de Leonard Cohen se rompió hace mucho, y de sus piezas nació esa mezcla única que tocó cada fibra de cada nervio sensible de cada persona que alguna vez necesitó descansar de sí mismo. Y ahora, escuchando ese Aleluya incomparable y roto, recuerdo sus palabras: "I've done my best, it wasn't much..." Y, como la vez que leí un gran libro, me duele el vacío, porque nadie volverá a crear ni a cantar así, y me cago en el Nobel mal dado, en las oportunidades perdidas, en los discos de pizarra que ya no existen y eran los únicos capaces de albergar su arrugada grandeza. Y en las malas versiones, en los estragos de los fotones, en la imbecilidad humana, los continuos intentos de atontarnos cada vez más y convertirnos en votantes de estómago y sexos...
Contra todo esto luchó Leonard Cohen. Es nuestro deber conservar su mensaje cantado.

Por favor, hagámoslo. Por la luz que debe prevalecer

jueves, 10 de noviembre de 2016

Filmoteca Aligustre IV: relatos salvajes, de Szifrón, y tambien la lluvia, de Icíar Bollaín

Curioso, como se pueden maridar dos películas aparentemente distintas, ontologicamente complementarias. Los relatos salvajes de Damian Szifrón son una concatenación de historias donde se desnuda al ser humano,mas no solo en lo atinente a sus defectos. Tb en cada historia se pueden encontrar, si se buscan, virtudes. La reconciliación final de los novios, el afán de justicia de la cocinera,  la empatía (casi simpatía) de el Bombita... Cada relato es una hoja de doble filo, en que cada instinto se ve medido en el rasero de su virtud, logrando un equilibrio si no perfecto, indudablemente innegable. Tambien la lluvia no une defecto y virtud, sino que los enfrenta a través de un tiempo (en concreto, quinientos años) que, realmente, nunca existió. Los evidentes paralelismos entre el Hatuey de antaño y el Daniel de hoy esconden la tragedia de la inevitabilidad de los errores humanos, pero casada, no obstante, con la perseverancia que implica toda lucha por superarlos, en un enfrentamiento que se revela eterno, lo cual lleva, a la vez, a la desesperanza del sino y la fe de la constancia. En suma, dos películas magníficas, hechas con el presupuesto justo, que se erigen por sí mismas en valedoras de la importancia del guión genial.

Gracias a Jota, as always.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Let's try not to pannick



There haven't been good U.S. presidents. Their measure of success has always depended on the existance of trying circunstances, and how they have handled them. Thus, it is their reactions to wars, deep crisis or social conflicts what have turned the tide of global opinion towards their mandate being good or bad. In this way, being US president during a World War has been an opportunity for them to become eternal, as the american war machine turns, inevitably, on its own. On the contrary, being the president of the US on peace times is nothing short of a suicidal challenge. The absence of conflicts needed of management, either domestic or international, focus the eye of voters on the presidential capacity to solve endemical problems such as public health, education or lobbies, id est, onthologically unsolvable issues which make that president look as unsubstantial. 
This has happened to Obama. Trump unfortunately won't have that burden, as he will create the conflicts himself.
God help us