miércoles, 30 de noviembre de 2016

1898. Los últimos de Filipinas, de Salvador Calvo





Una buena película, quizás pelín larga, cuyo mayor mérito es dignificar sabiamente un (otro) episodio berlanguiano de nuestra historia relativamente reciente. Papelones de Tosar, Elejalde y Gutierrez; óptima fotografía de Alex Catalán, con su parquedad de colores preseleccionados, y un puñado de puntos álgidos bien distribuidos a lo largo de un metraje al que sobran espacios entre acontecimientos. Si bien se nota la extracción del director en los arcos argumentales y su ruptura, en toto es una buena película, valiente argumentalmente y que sale bien parada del juicio del espectador objetivo. Vale la pena

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