viernes, 26 de septiembre de 2008

Arte, Peggy Guggenheim y el triunfo de Hirst


Sept. 16 (Bloomberg).- Damien Hirst's "Beautiful Inside My Head Forever" sale ended today, having raised 111.5 million pounds ($199 million), Sotheby's said. The figure beat the presale estimate of between 65 million pounds and 98 million pounds. Sotheby's said 218 of the 223 lots in the two-day event were sold.

Al fin lo logró, el cabrón, y nadie se ha dado cuenta. No es una cuestión de la cantidad que ha recaudado en la subasta directa de su nueva obra, sino que acaba de firmar el fin de los galeristas que, a su vez, son los que fomentan a los mecenas quienes, a su vez, retroalimentan las oportunidades de fama de los jóvenes que luego llegan a la gloria. No voy a excederme hablando de Damien Hirst en sí, de si su primer tiburón al final se pudrió o de la cantidad concreta que logró el martes de autos, pero es curioso que el enfant terrible encumbrado por Saatchi, mimado por la Guggenheim y sólo par (hasta hace poco: ya les supera con creces) de Koons, Twombly o los Chapman, les haya dado la espalda, plantando tamaña bomba de relojería en el mercado secular del arte. Y digo secular, porque desde los Medici y antes, mecenazgo y especulación han ido de la mano: si no, qué creen que son las colecciones del Palazzo Pitti sino una magna obra de ostentación tendente a lograr poder a través de la exaltación -y promoción- de los artistas "adoptados" por la casa... Arte, no tan ultimamente, era lo que Peggy Guggenheim decía que es arte. Quizás esto contribuya a depurar el verdadero arte de la excesiva provocación o quizás lo que Hisrt pretendía era grabar a sus galeristas echándole la bronca, proyectarlo en Stonehenge y convertirlo en la mejor performance de la Historia de la Humanidad.- Aunque quizás, simplemente, con lo que ha recaudado todo le importe ya un higo. El tiempo lo dirá. Entre tanto, viva la madre que parió a Damien Hirst, que de artista nunca tuvo nada hasta, quizás, el pasado 16 del presente.

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