martes, 23 de septiembre de 2008

Crítica de cine. Wanted, con Angelina Jolie

A ver si soy capaz de comunicar la mística exégesis de la joyita en cuestión. No se, no me veo capaz de transmitir tanta sutileza y existencialismo... En fin, que el tranco este va de un oligofrénico perdido, frikie y cornudo satisfecho de saber que, al menos, es su mejor amigo quien se la pega, al que, de repente, un pibón sádico le comunica que su padre -al que nunca conoció el pobrecito: mejor- formaba parte de una secta de asesinos que mataba según los dictados, transmitidos en código binario, que un vejete es capaz de leer en los hilos deshilachados de unas telacas que no sé de dónde salen. Tras esta epifanía, este gilipollas perdido es llevado a un sitio mezcla castillo de Disneyland/casa de miedo, en plena zona VIP de LA, donde pasa las siguientes semanas siendo apaleado, acuchillado, asaeteado y sometido a otras vejaciones, aunque no pasa nada, porque hay una piscina mágica de parafina que le cura todo, todo: si llego a pillarla yo cuando di las siete vueltas de campana descapotado... Y todo para ser capaz de disparar y que la bala sortee obstáculos hasta que llega al objetivo. Una vez logra esta proeza, le dicen que la tela de marras ha determinado que tiene que matar a un completo desconocido, y el descerebrado, como es lógico, le asesina como si fuera lo más normal, porque lo ha dictaminado la telaca mística de marras. Mientras tanto el tío, tras las andanas de galletas, las cuchilladas y putadas diversas, lo único que ha logrado de Angelina Jolie ha sido un besito en la boca y verla de espaldas desde la piscina santa de parafina (la Jolie está buena, pero para que te curtan cual mojama y todo lo que te lleves es verla las espaldas.... En fin ,que por si ésto no fuera poco, resulta que al tío, al final, le han tomado el pelo, porque le han "formado" para que mate a su verdadero padre, cuya única culpa, basicamente y sin mentar los cientos de inocentes que se cargó, era que se había dado cuenta al fin de la idiotez que supone matar a alguien porque lo digan -en código binario- los hilos de unos calzoncillos, y claro, hay que matarle, y un tío tan listo también será sensible, y no va a matar a su hijo (aunque, visto lo visto, el favor que le hacía al mundo...). Y la cosa sigue, porque el niño, al final, se da cuenta: se prepara para vengarse, va el sólo al castillo de Heidi con un camión de "ratas explosivas" y mata hasta al apuntador salvo a los malos malísimos, que en una culminación digna de Leonardo Dantés, se suicidan ellos sólos (más o menos, no soy capaz de plasmar la idiotez del final), supongo que para ahorrar trabajo al bendito. Cuando salí del cine me tuvieron que echar lágrima artificial en los ojos: no había sido capaz de parpadear al ver tanta magnificencia. Yo no se si aconsejar que la vayais a ver, solo para contemplar hasta dónde puede llegar la estupidez humana, o poner algún tipo de minas en la entrada de los cine que la proyecten. Cosas veredes, amigo Sancho...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joer Luisillo!!! Yo quería ver la peli, antes de saber o intuir (porque no he acabado de leer tu mensaje) que era una bazofia! ¿Y por qué no he acabado de leer tu mensaje? Porque a mitad del mensaje ¡lo destripas todo!!!! aggghhh.....
martaté

Anónimo dijo...

SPOILER!!!!!