Curiosa noche en blanco, que comenzó por la mañana, prosiguió comiendo con alguien a quien siempre quiero, merendando con mis gemelos particulares, viendo cómo mis amigos de siempre han tenido hijos que son ellos en pequeño, y que acabó con alguien a quien casi no conocía, y que ahora conozco. Y que se parece mucho a mí, aunque ella es bella y uno.. bueno, uno es uno. Hay gente cuya fuerza vital se le escapa por cada poro, con tanta vida y ganas de vivir que uno a veces teme acercarse, porque tanta fuerza, tanto poder encerrado, como las estrellas, debe cegar a quien los contempla demasiado tiempo. Hoy me he acercado a una de esas personas, y cada cosa que hace, la hace con ganas, con corazón, poniendo todo su ser en cada risa, en cada broma, en cada movimiento. Y cada cosa que hacía, por simple que fuera, era cine. No me había dado cuenta de lo que echaba de menos la espontaneidad hasta esta noche, gracias a S. Hay gente que da mucho que pensar, porque es capaz de asombrar con su fuerza a la vez que no sabe qué hacer con sus sentimientos. Gente que, por haber sufrido, no da pasos con quienes valen la pena -y no lo digo por el que suscribe-, y sobrevive emocionalmente con aquellos a quienes sabe que no hará daño porque, o son complicados, o tienen ya la vida suficientemente complicada. Y no sigo hablando, pero hoy he conocido a alguien cuya risa es tan grande como su corazón. Hoy ella quería reir para olvidar, y estoy orgulloso de haber sido yo con quien se riera. Los ojos son capaces de reir tanto como para olvidar que hay algo más.
(para los ojos verdes de Ciencia Ficción)
domingo, 14 de septiembre de 2008
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