lunes, 6 de julio de 2009

La India, de nuevo (II) Mondichorri (Indi), o de lo que le ocurrió a la Indira y demás sucesos que se relatarán

La Historia es mucho más sencilla de lo que se nos pretende hacer creer. Lo que ocurre es que si se nos cuentan los verdaderos porqués de las cosas tal y como realmente son, se corre el riesgo de que nos demos cuenta de que somos capaces de analizar los sucesos históricos críticamente y formarnos una opinión propia, sin precisar de gurús, analistas, periodistas y demás profesionales de la sociología, psicología, economía y demás ías. Ah, y de paso, nos daríamos cuenta de lo ridídulamente iguales que somos todos, no solo en el excusado y en el catre, sino también en lo que respecta a nuestras decisiones. Los motores de la Historia son los motores de los líderes ante las diversas coyunturas que se les plantean, y los motores de los líderes son exactamente los mismos que los de cada uno de nosotros, pero con mayores consecuencias. Veamos tres ejemplos de sencillez histórica que se quiso hiperanalizar para vendernos diversas motos, todas de poca cilindrada pero bien tuneadas:
a) La muerte de Indira Gandhi: La madre de la patria India aborta la rebelión de los Sikhs pasando a sangre y fuego a más de 400 "héroes espirituales" refugiados en el templo de oro de Amritsar -santuario sagrado de los sikhs-, y no repara en que la crema de su guardia personal, encargada de su seguridad, era precisamente de esta etnia/credo/región. Poco tiempo después, es asesinada por dos miembros de su guardia personal, casualmente Sikhs.
b)La neurosis India con Pakistán: es increíble la que hay montada entre India y Pakistán. Que si los dos vamos a ser nucleares para echarnos el ojo y vigilarnos, que si mis guardias fronterizos levantan la pata más que los tuyos en los cambios de la Guardia, que si las palizas que te meto al Criket... Así, así, llevan gastados miles de millones en un conflicto que, creo yo, nunca estallará porque, lo cierto, es que estos son como el Madrid y el Atleti: sus gobernantes necesitan el conflicto para no afrontar la pobreza, desestructuración, corrupción y falta de ideas subyacentes. Y luego vas a la mezquita de Jama Masjid, en pleno centro de Delhi, y te adentras en el Chadni Chouk (Chouk=Zouk=Zoco) y la leche, te crees que estás en Fez o Marrakesh. Aquí pasa lo que con los espías chinos. ¿Para qué se necesitan, cuando en todas -todas- las grandes metrópolis mundiales -mundiales- hay pequeños Pekines?. A fecha de hoy, y según datos de la ONU, hay más de 140 millones de musulmanes en la India, id est, casi el 20% de la población. Pakistán, estado confesionalmente musulmán, no creo que necesite mover un dedo para hacerse con el control de facto del país vecino.
c)La "sifilización" española en Sudamérica y lo bien que los WASPS trataron a las diversas razas Indias: Voy a cualquier país de Centro y Sudamérica y me encuentro con que la mayoría de la población es mestiza, y con que casi todos los padres de las distintas patrias son criollos que se pisparon de por qué tenían que repartir la chicha con la metrópolis, con lo lejos que está eso. Voy a cualquier país norteamericano (que no sea Méjico) y veo que no encuentro a un sólo descendiente de Sioux, Arapahoe, Navajo... y que los pocos que quedan, o siguen de facto en reservas, o trabajan en el cine o dirigen algún que otro casino. Los españoles ya tenemos suficiente con aprender de nuestros errores como para que nos prediquen quienes debieran dejar de mirarse el ombligo
En fin, que las cosas son más fáciles de lo que nos las quieren poner, leche.
Ah, rendición de cuentas del día: tumba de Humayún -impresionante-; comida tan impresionante o más en "Moti Mahal", donde degustamos el pollo a la salsa de mantequilla y el Mouton Rara; tarde en la Jama Masjid, mezquita impresionante al lado del Fuerte Rojo -que cierra los lunes, inteligentes de nosotros- y, por último, compritas en el Chadni Chouk, básicamente algo de plata -espero-, cosas musulmanas más baratas que en Madrid o Marruecos, y lo más de lo más: pendientes tipo navaja con pin, a su vez, tipo boli: Toni Manero, muérete de envidia.

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