Durante el viaje a Ecuador me he encontrado con mucha gente, y creo que he aprendido de la mayoría. Pero especialmente de gente como Jorge, el primer conductor que nos llevó de Guayaquil a Santa Elena, y que en pleno viaje reflexionaba sobre la vida en general, sobre su vida en particular y sobre su mayor riqueza, que eran sus hijos. Hasta el punto de que en un momento dado, razonó del siguiente modo su deseo de que su hijo mayor se quedara en Ecuador y no emigrara a España:
-"Yo le he dicho que se quede, que no se vaya: aquí tiene un trabajito en un banco que le da de comer y en el que avanzará, seguro; yo le he dicho que no se preocupe por techo, porque levantamos una altura mi casa y ahí vive con su mujer y su hijita, y estamos juntos todos. Tenemos qué comer y estamos felices sin la tristeza de no saber qué tal le estará yendo: te quedas aquí, en tu país, con tu gente... feliz"
viernes, 26 de noviembre de 2010
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1 comentario:
me encanta esa sabiduría popular de la gente modesta. Este tipo tiene mas clara la idea de lo que es la vida que muchos de nosotros, y desde luego, mucho más que poderosos, trepas, insulsas pijas superficiales y demas fauna habitual.
Olé por él!
gracias por la anécdota Demagophobe! y no la olvidemos, no olvidemos esos soplos de sabiduría que nos llegan desde los sitios más insospechados.
un abrazo
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