viernes, 26 de noviembre de 2010
Greenaway, el Palazzo de la Civiltá de Roma, Speer, Haussman y Étienne-Louis Boullée
Revisitando "el vientre de un arquitecto" del estético Peter Greenaway y su maravillosa BSO (que, curiosamente, no es de su leal Nyman, sino de Mertens, por cierto de las mejores) recordé la omnipresencia del mussoliniano Palazzo de la Civiltá Romano en la estética de las últimas décadas -Vid. Titus, de la oscarizada Taymore-; lo jodida y tristemente impresionante que me parece la arquitectura autoritaria, y que lo que quiso hacer Speer con Berlín no es más (ni peor) que lo que logró hacer Haussman con Paris: 3 siglos después, muchos pastiches resultan, cuando menos, aceptables (y, si no, que se lo pregunten al palacio de Carlos V, en medio de la Alhambra). Hay arquitecturas posibles, imposibles y frustradas, y la arquitectura de todo autoritarismo suele reunir las tres características salvo cuando logra consumarse, que se perfecciona. Pena que el Señor Boullée estuviera aquejado de tantas fobias, y pena que no viva en este s. XXI: la mayor parte de las obras que están dejando boquiabierto al mundo, son fruto de su herencia.
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1 comentario:
Revisitando? Anda... que no cuela.
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