
Cúpula de la Capilla del Hombre de Quito, pensada, pintada, supervisada y finalizada por el gran Oswaldo Guayasamín. Sus restos, mestizos, descansan en una vasija de barro bajo el gran pino de su casa de siempre, justo encima de la Capilla que creó para recordarnos que el hombre también merece ser recordado
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