miércoles, 23 de febrero de 2011

Un día (no) como hoy hace 30 años...

... Un tarado fanático visible (pues había muchos más por detrás, y muchos, muchos más agazapados, a ver cómo salía la cosa) casi nos jode la democracia. En aquel entonces yo tenía 8 años, reciencito había hecho la comunión, y esos tanques en las calles de Madrid no me decían nada. Hoy, tras volver a ver esos mismos tanques y escuchar las conversaciones entre Tejero y García Carrés, doy gracias por no haber vivido esa noche con un poco más de entendimiento. Ver tanques circulando por las ciudades más importantes de España, sentir cómo los "nostálgicos" desempolvaban los sables para saldar nuevas -que no antiguas, porque en ese entonces eran los amos- rencillas, y pensar en lo que habría podido pasar da, sinceramente, miedo. Menos mal que somos un país cahapucero para todo, golpes de estado incluidos, y la cosa terminó bien. Hoy, Tejero vende sus oleos por un pastón en un pueblecito marinero de Málaga, donde se le puede encontrar paseando cualquier tarde, y la gente ha olvidado (o aprendido, em gustaría pensar) la lección de la Historia: que no se nos olvide la sensación de miedo que nos debiera embargar cada vez que vemos esos tanques, para que nunca vuelva a ser posible que se repita. Ni aquí, ni en ningún sitio.
L.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y Santiago Carrillo, ilustre dirigente comunista con cientos, probablemente miles de asesinatos ordenados bajo su despreciable mando en las checas madrileñas no sabemos si pintará óleos en sus ratos libres pero de recibir homenajes por la desvergonzada clase política e intelectual de este pais si que sabe un rato.

Y recuerdo con vergüenza como el dictador comunista de la RDA Erich Honecker recibió las llaves de la ciudad de Madrid de manos del socialista Juan Barranco.

De todo hay en la viña del señor.