Somos marionetas del destino,
predestinados desde el nacimiento,
minúsculos,
irrelevantes para el universo.
Estrellas fugaces,
¿...solo vistas un segundo por unos pocos...?
Gotas del sudor del mundo,
paridos exclusivamente para nutrirle
O bien,
¿somos diamantes de luz,
nacidos de carbono,
convertidos en eternos,
a través de vidas únicas
Un Dios cada uno,
a imagen y semejanza,
diminutas copias perfectas,
En las que se atisba el milagro?
¿Qué somos?
¿Qué seremos, si seguimos siendo?
martes, 5 de marzo de 2013
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