El unico momento en que somos conscientes de la eternidad, es aquel en nos damos cuenta de que ya no volveremos a ver a alguien que se acaba de ir. Solo entonces percibimos lo lejos que está el nunca, lo cruel que puede ser el tiempo cuando resulta incapaz de ayudarnos, y lo gigante de cada letra de la palabra soledad.
Pasamos la vida día a día porque alguien eligió ese periodo de tiempo, cuando la vida no la contamos en porciones de reloj, sino en lo que ocurre entre cada recuerdo de lo bello que vino, y cada anticipacion de lo bello por venir.
Y es en ese espaciotiempo entre reinos, indefinible en extension, donde acontece el presente: cada hoy que fue ayer antes de mañana.
No se vive el hoy. Se vive el siempre: que nos vio nacer, y que nos mostrará la salida.
martes, 4 de marzo de 2014
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