sábado, 23 de febrero de 2008
Fin de la enfermedad
llevo ya demasiado tiempo postrado. Mañana me levanto y, si recaigo, peor para mí. Ya estoy harto, y no pienso perderme un día más de nada. Y ni siquiera doy pena porque, desde luego, tampoco la merezco. Y a saber cómo me habrán dejado la mesa del despacho, sembrada de elementos naranjas y azules que me necesitan... Se acabó. Y por ciero, señores, al que suscribe, la vacuna de la gripe le ha servido unicamente para "disfrutar" en vez de de una, de dos gripes. Viva el progreso.
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