martes, 12 de febrero de 2008

Sin título

El abejorro, según las leyes de la física, no puede volar: la proporción entre el tamaño de sus alas y el peso de su cuerpo impiden, según todas y cada una de las leyes del vuelo, que este insecto pueda alzarse, mucho menos desplazar su propio cuerpo por el aire. Y no obstante, el abejorro vuela: desconoce las leyes de la física, y sólo se preocupa por usar su fuerza de voluntad.

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