El tiempo vuela viendo a Antonio pintar. Mucho purista denosta la ilustración en detrimento de la pintura, pero hay una zona híbrida, una tierra de nadie donde el genio en estado puro erige la ilustración en Arte, y lo iguala a la buena pintura. Es ahí donde Antonio, que se licenció hace ya 60 años en Bellas Artes y ha sido profesor de profesores, ha querido permanecer. Y es ahí donde ha creado obras como las que preceden. La tensión entre belleza, acción y emociones y la minuciosidad hacen que no tenga que envidiar lo más mínimo a Frazetta, Caniff o su admirado Frank Robins. A ver si puedo acercarme para celebrar el cumpleaños de Antonio y Daniel, ambos seres extraordinarios.
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