viernes, 20 de junio de 2008

India (IV). La vieja Delhi y los reductos de "expats"

Ayer me permití descansar la mañana, tras la sobrecarga de Agra, y dediqué el día a la vieja Delhi. Tras el infructuoso intento de localizar el Moti Mahal, opté por la comida callejera de Jalebiwala,centrando mis inquietudes culinarias más en las samosas que en sus publicitados jalebis (excesivamente dulces,por mucho actor de Bollywood que se pare a tomarlos). Tras reponer fuerzas, incursión en su gran bazar -"chouk": demasiado parecido a Zouk para no tener la misma raiz-, que resultó muy instructiva. La plata a muy buen precio (NO compren plata ni recuerdos en Agra: el tongo está asegurado), lo que me permitió comprar el elefantito prometido a mami adoptiva, algún otro colgantillo ya veremos para quién, y un brazalete para el que suscribe -aquí la plata normalmente no es de 925 milésimas (esterling estricta), sino al 850 (85%); le meten más metal duro para poder tallar mejor-. Tras dos horillas perdido en olores, sabores, textiles, antiguedades y lo más impensable, de camino al fuerte rojo de la vieja Delhi, maravilla grandiosa que hay que ver, con distintos palacetes y donde los locales van en parejas a descansar y pasar la tarde. Fin de tarde en la gran mezquita de Jama Masjid (decid que no llevais cámara, que como os toque un encargado borde, al final vais a acabar cabreados, como el que suscribe) . Por la noche, cena con D. Joaquin y colaciones varias en un bareto donde hacían la "expatriate night", suerte de barra libre para los guiris que residían en Delhi: NO tomeis cubatas con Whiski y Ron de aquí. La cabeza y el hígado os lo agradecerán. Menuda resaca...

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