Mañana es Nochebuena. Hemos olvidado lo que es la Nochebuena. Parece que ahora está de moda odiar la Navidad: para mí no. Qizás de aquí a unos años, cuando me falte gente a la que quiero, estas fehas sean extremadamente dolorosas; quizás me haga ateo, y me una al grupo de Facebook "odio la Navidad". Y quizás me siga gustando recordar que por estas fechas, en su día, yo fui feliz. A fecha de hoy, y como buen friki, sigo disfrutando de los puestos de la Plaza Mayor, del Cortylandia -que este año se ha esforzado en ser especialmente horrendo, por cierto- y de unas luces de Navidad que cada vez son menos de Navidad, pero que siguen iluminando a todos los madrileñitos de a pie. Desde luego no voy a criticar el consumismo, ni la vena económico-suicida de las mareas humanas que asaltan Preciados. Tampoco voy a mandar el PowerPoint de turno, pero sí me gustaría recordar que no es malo que la gente se ponga de acuerdo en esforzarse en tener buen rollo, siquiera un día. Que sí, que lo suyo es ser buena persona todo el año, pero ... seamos realistas, señores. Así que os deseo una feliz Navidad, que quiere decir que espero que estos días seais felices. Bueno, también los siguientes, y los siguientes... pero la felicidad es como todo lo que vale la pena: hay que abarcarlo poquito a poco.
Sed buenos, descansad y disfrutad, aunque penseis que no vais a hacerlo.
Luis
miércoles, 23 de diciembre de 2009
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