lunes, 7 de septiembre de 2009

Antichristo (Anticristo) de Lars von Trier


Ni link al trailer pongo. Lo vi ayer a las tantas con la buena de Arantxa -a ver esas entraditas para Spamalot, querida- y... qué pena. Pensé en tratarlo desde el punto de vista irónico, pero ni para eso vale. Eso sí, pensar en el bueno de Lars hablando con el director de escena y díciéndole: "mira, Rolf: vamos a poner a Dafoe de pie, con cara oligofrénico, mientras que le caen miiiiiles de bellotas encima a cámara lenta en medio del campo", no tiene precio.

La cosa empieza bien, aunque previsiblemente: bebé que se escapa de la cuna y la espicha mientras los padres echan un polvete. En blanco y negro, todo muy slo-mo (a cámara lenta, decimos aquí) y con un aria del Rinaldo de Häendel por detrás (escrita para ser cantada precisamente por dos castrati, mira tú qué casualidad). Luego a él, que es terapeuta -no psicólogo ni psiquiatra- y sabe mucho, le da por quitarle la medicación a su mujer y llevarla a un bosque chungo chungo "para que asuma e interiorice sus miedos". Vamos, que el tonto'l culo se lleva a una mujer en pleno síndrome postraumático agudo a un sitio aislado, sin comunicación alguna, para que "asuma sus miedos": es que hay que ser gilipollas señores, y así pasa lo que pasa. Y es en este preciso punto donde el señor Von Trier, que hasta ese momento se había medio portado, pierde la noción de cómo dirigir la película y deja que su subconsciente tome las riendas, resultando que el señor éste es misógino, gorecasposo, no tiene ni papa de que en las buenas películas debe haber ciertos límites (que en ningún caso incluyen una automutilación del clítoris con unas tijeras de podar en primer plano), y no sabe cómo acabar una película. Al inetentar cerrar el círculo enlazando estéticamente el epílogo con el prólogo, le sale un final digno de Dragonball Evolution.
En fin, que no solo la idea no es que sea nueva -progresivo deterioro de las facultades mentales de una madre que acaba de perder a su hijo y piensa que es por su culpa-, sino que si encima intentas mezclarlo con la asunción, razonada por ella, de que las mujeres son el demonio y están dominadas irracionalmente por una naturaleza que, como tal, es satánica, es el acabose.

Ni buena, ni mala: pensaba que el señor Lars Von Trier no tendría que recurrir al gore más facilón para hacer una película de la que se hable. Se habla de cómo la ha cagado, no de la película en sí. Y eso es malo: en otra, de verdad, no me pilla.
Ni Eros y Thanatos, ni desarrollo inteligente de un deterioro en primera persona ni nada parecido: una pena. Que los que saben más que yo me quiten la razón: en este caso particularísimo, me la refanfinfla, de verdad.

L.

PS.- Por si alguien quiere leer la versada opinión del director al respecto, en este link http://www.ft.com/cms/s/2/2082e902-77e2-11de-9713-00144feabdc0.html va la entrevista que le hizo el financial times. Muuuuuuy original e inesperada, también

1 comentario:

Javier dijo...

no pesaba verla en el cine. Tras tu acertada crítica, y como me fio de tu opinión, no lo haré ni en la tele cuando la "echen".