martes, 15 de septiembre de 2009
Casualidades de la vida ( o no): Sting y Robaina
Fumar una narguila escuchando a Johnny Cash; fumar un Vega Robaina en su justo punto de humedad escuchando "King of pain"... Hace poco, unos compañeros de vicios coincidieron con Sting en Pinar del Río, en la casa de Robaina, el rey de los puros habanos. A uno de ellos me lo presentaron por casualidad; al otro, espero que me lo presenten dolosamente. Me consta que gourmets se han arrodillado ante el maestro purero: compartir un plato de congrí (no pido nada más), un buen rato de conversación y fumar uno de sus puros sin vitola en la explanada de su casa colonial es algo que espero pase en breve. Son los placeres de la vida los que integran la memoria perenne.
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