martes, 18 de mayo de 2010

Ayer vi (volví a ver) a alguien

Ayer vi a alguien a quien no veía en mucho tiempo. Digo "vi" y no "volví a ver" porque no la reconocía. Se puede seguir con el mismo rostro, la misma ropa, el mismo peinado... pero si la expresión cambia, es porque la persona ya no es la misma. Con esta persona tuve -al menos, hice- planes para un futuro, y los planes se fueron al taste por la más sencilla de las razones: porque, en el fondo, no me quería. Y hay que tener la valentía de afrontar cuando no te quieren por tí, sino por lo que coyunturalmente te pueda rodear en un momento dado. La vida es una ecuación con un montón de variables, mutables todas en una evolución sin fin, de modo que para observar a alguien en un momento dado, a veces hay que formarse una foto fija. Y por eso, las variables que hoy se dan, con mucha probabilidad no se den mañana, para bien o para mal. A veces encontramos lo que merecemos. Otras, lo que nos topamos por el camino (y nos empecinamos en erigir en lo que no es); y otras, muy pocas, damos con lo que buscamos. Y ni siquiera esas pocas últimas veces lo que buscamos y encontramos es lo que verdaderamente queremos. Yo siempre he vivido con mi particular dicotomía vital entre lo que busco, lo que encuentro y lo que se que necesito, en muchos niveles de mi vida. Y como no desfallezco, creo (sólo creo) que voy aprendiendo y, al menos, si bien todavía no tengo muchas respuestas, sí me atrevo a identificar y desechar aquello que, desgraciadamente, no es. Eso es lo que hice en su día, no me arrepiento porque no podía hacerse otra cosa, y el encuentro de ayer me dió la razón. Y aun ayer he de reconocer que su rostro -bello en su inexpresivo hermetismo de busto romano- me trasladó a días pasados, en que la ficción se mantenía por mutuo interés. Pero la ficción es eso, ficción, y ningún Halcón Milenario me llevará a Alderaan, ni mucho menos podré levantar con la Fuerza un X-Wing, mucho menos una relación para toda una vida si las dos partes no ponen sinceridad en ese conjunto de aurículas y ventrículos que llamamos corazón.
L.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Veig que continúa voste amb les seues històries d'amors i odis. Hi ha que veure el que li agrada un drama, mecachis en la mar. Si es que no es pot ser tan ligon. Be el deixe ja, sols havía fet una pasadeta per vore com li anava la cosa i veig que li va be. Adeu.

demagophobe dijo...

Hay cosas que no cambian, querido anónimo: nunca dejará de atraerme la vena Caspardavidfriedrichiana de la vida. Y de ligón, nada: ganas de que nos quieran, como siempre. Gracias por preocuparse y hasta que quiera volver, que espero sea pronto, tras el paréntesis existencialista que me agarró estos últimos meses.

Anónimo dijo...

Com sempre he sigut un poc pessadeta, abans del meu retir espiritual durant uns dos o 3 anys mès, i aprofitant que no m'ha conegut i ma dirigit la paraula, li donaré un altre consell, este no es de borsa. Les coses mai son com ens agradaria o pensem o somniem que son, les coses son com son, ni blanques ni negres amb matissos i depen de la perspectiva desde on es veuen, ni els mals son tan mals ni els bons son tan bons. No em siga tan quadriculat que a voste no li pega. Bè ha estat un plaer tornar a parlar amb voste, esta molt bè lo del anonimat. Bss. A.A.M.

demagophobe dijo...

Gracias, pessadeta bianual. Permíteme que te de un consejo: nunca creas a los maledicentes y, si les quieres creer por una u otra razón, permite a los maldichos defenderse antes de adoptar una u otra postura. Un beso, y te habría gustado ver cómo quedó al final el piso: nada que ver con lo que recuerdas. Te deseo que seas tan feliz como mereces -que es mucho- y ya sabes dónde me tienes. Hasta cuando tú decidas, valenciana.

Anónimo dijo...

No se preocupe, he seguido todo el proceso y sus lios con el zócalo y el rodapiés aunque yo también pensaba que eran lo mismo. Y he visto el resultado y la verdad ha quedado muy bien. Que no le haga comentarios no significa que no le lea. Aunque estoy bastante ocupada, voy a clases de pintura y restauración de muebles antiguos así que si quiere que le restaure algo o le haga una acuarela ya sabe a Montaña y Aracelí les he hecho algunas y eso que he mejorado algo desde entonces , aunque no llegue ni de lejos a su amigo Paco Hernández, ya sabe.

demagophobe dijo...

Es agradable volver a sonreir gracias a tí.

Anónimo dijo...

Por alusiones, respecto al comentario de los maledicentes, reflexione sobre si el mismo es aplicable a mí, aunque no creo porque siempre voy a mi aire y hago de mi capa un sayo, aunque en realidad no tengo muy claro si me lo dice por una película que me contaron hace poco que alguien contó por ahí y de la que no merece la pena ni hablar, o es usted quien debería aplicarselo por hacer caso precisamente de esos maledicentes.

En fin, se da cuenta de que nunca hemos conseguido ponernos de acuerdo en nada, la leche, por eso me cae bien.

demagophobe dijo...

Es por lo de la película. Lo que ocurre es que ya se han contado tantas, que no se si es la de hace poco, la de hace mas o la de hace mucho: como desconecté de esas cosas y esa gente desde el principio, nunca supe por donde iban. En todo caso, uno de mis errores es pensar que los míos comparten la impermeabilidad epidérmica que me adorna, error que solo puedo enmendar con la esperanza de haber sido translucido en mi diario trato. Algún día nos pondremos de acuerdo en algo, pero solo por una vez, y por morbo.

Anónimo dijo...

hombre... si te sirve... yo te quiero mucho!

Anónimo dijo...

hombre, pues le serviría más si le dijeses quien eres?

demagophobe dijo...

Bueno... por lo menos se que hay alguien que me quiere mucho, y el anonimato abona a que yo le ponga la personalidad que me plazca...