sábado, 1 de enero de 2011

Último post del año: la Eternidad y un día, de Angelopoulos

(Debiera haberlo colgado ayer al anochecer -que es cuando vi la película- y no hoy: por eso la felicitación de año nuevo la dejo para el post que seguirá)

... Y Aléxandros encontró a Anna. Y a mí me gustaría pensar que encontré a mi peculiar espíritu de las Navidades futuras en esos infinitos 100 minutos. En todo caso, ayer por la noche metí a Dickens en casa, y se hizo buen amigo de Angelopoulos, justito antes de tener que irme a despedir el año con mi buen Daniel y mi mejor Inés. Pasan muchas cosas por la cabeza de quien ve "la eternidad y un día": yo me tomé la libertad -nunca mejor dicho- de ir anotando las que iba generando la mía. Eludo deliberadamente todo intento de sistematizarlas, porque alterarían la secuencia de las diferentes escenas de la película, detonantes inocentes mas no ingenuos de lo que sigue:

Érase un anciano que, por haber perdido la memoria, compraba recuerdos. Y los mas pobres venían de todo el país a venderle sus memorias, que el anotaba. Y con ellas hizo un libro. Y los pobres eran 1001. Y resultó que Sherezade no era árabe, sino hija de quien tuvo que dejar su tierra para poder dar de comer a su hija con su trabajo. Y trabajó tanto que los malos vapores le afectaron la memoria, y cambio su dinero por las memorias de los demás que guardo en un libro, que su hija haría eterno por contarlo a un sultán.

"Abismo
Perfumada(moscovolismeri)
Rocío
Fuente
Ruiseñores
Cielo
Ola
Lago
Desconocido
Perfume
Hombre de sombra ágil: ¿que has visto esta noche?
-Una noche llena de Milagros, salpicada de magia".
Que esta sea esta noche
(a veces, no hace falta saber de dónde vienen las palabras, sino a quien llegarán.

A los 40 me gustaría tenerlo todo hecho: pero no para suicidarme, como el lobo estepario, sino para poder volver a empezar tras dejar todo bien guardado. Así, viviré una segunda vida. Y una tercera a los 50... y Tom Tiddler se unirá a Harry Heller, Kavafis y Vicente Ferrer, y se irán a tomar una caña mientras nos ven, a todos los demás, en el gran Teatro de este mundo.

Si a veces me ausento un ratito no es para disfrutar de mi compañía, sino para seguir intentando hacerme mi amigo.

"¿Que te espera donde vas, qué nos espera donde vamos?"

Ojala murieras hoy tú, en paz, sin dolor: hoy. Porque mañana moriré yo, y no quiero que sufras mi pérdida.

Quedate conmigo. Renunciaré a mi torre oscura: ya no seré Roland de Gilead sino Aléxandros, con el niño a quien salvó de algo peor que la muerte. Si unimos nuestros miedos, éstos desaparecerán, porque nos tendremos el uno al otro, y así, siempre será de día

3 comentarios:

Leónidas dijo...

esos son extractos de lo que dice?
qué bonitos e impactantes!
peli que veré, está claro!
suerte de tenerte ahí para descubirlas a los demás!

demagophobe dijo...

Es lo que me produjo a mí verla, salvo la lista de palabras que entrecomillé. vale mucho la pena, aunque es una película de ritmo suave: a tí te gustará. Además, ya sabes que Bruno Ganz, despues de el Cielo sobre Berlín, se convirtió en uno de mis actores favoritos. abrazote, que te estás revelando más Ulises que Leónidas

Anónimo dijo...

Le recomiendo a Leónidas las miles de revistas de cine, programas de radio, tv, guías de arte/viajes/vinos/museos/commics... otros blogs...
No vaya a ser q, el pobre, crea q sólo aquí se nos informa de lo q podemos o no ver...