jueves, 31 de marzo de 2011

De res unanimitatis o la fragilidad democrática

Hoy iba a hablar de los SPC 's (Supplementary Protection Certificate) como remedio temporal de protección de las patentes médicas y, en general, agrosanitarias, a modo de ejemplo de que todavía quedan heraamientas de equidad en la ponderación de lo que suelen tardar las diversas Administraciones en dar el sí definitivo a la comercialización de este tipo de productos. El abogado General Mengozzi, en los casos "Synthon" y "Generics" (Synthon BV vs. Merz Pharma GmbH & Co KG -caso 195/09-; y Generics (UK) Ltd vs. Synaptech Inc -case C 427/09-) elabora unas conclusiones magníficas -no voy de coña, que esto del derecho de la biotecnología me encanta-. Pero mi disquisición sobre la justicia, los jardineros fieles y los privilegios de las farmaceúticas la dejaré para otro día, porque hoy me he dado cuenta de que no hay cosa peor para la democracia que exigir unanimidad para tomar una decisión. La unanimidad es mala en las juntas de vecinos, porque en todo edificio suele haber siempre un cabrón paranoide que cree que los demás no tienen nada mejor que hacer que perder su tiempo pensando en hacerle la vida imposible -precisamente a él, mira tú por dónde-. Es mala en las decisiones laborales, porque siempre hay alguien que prefiere joderse a sí mismo antes que los demás se beneficien. Es mala para todo, como lo demuestra el que, incluso en las situaciones más extremas, siempre habrá algún elemento descontento cuyo criterio, por muy respetable que sea, no puede ser el que se imponga al de la mayoría. Y si no, que se lo pregunten al naúfrago de la balsa que, tras semanas en el mar, saca la pajita más corta.

Robert H. Jackson, en la Sentencia West Virginia State Board of Education v. Barnette, 319 U.S. 624, de 1943 -pg. 641-, decía con razón "compulsory unification of opinion achieves only the unanimity of the graveyard", uséase, que forzar un criterio unánime sólo consigue la unanimidad del camposanto. Y esto es lo que se logra cuando, en lugar de imponer mayorías reforzadas (3/5 -lo que viene siendo el 60%-, 3/4 -un 75%, vamos-, 4/5 o incluso 5/6), se impone la unanimidad absoluta para tomar una medida. Yo, lo siento mucho, creo que cuando un coche va por una calle de sentido único y se encuentra con que todos los demás van al contrario, es aquel, y no éstos, el que se equivoca. La unanimidad altera el principio de la mayoría dando la razón al único que no piensa como los 11, 111 o 1111 restantes, que están de acuerdo. Y lo que ocurre es que si de 20 tíos 19 están de acuerdo en algo, es el único que no piensa igual el que se lleva el gato al agua, de modo que el criterio de ese uno es el que sale ganando. Y así, el sustento de toda democracia, que es el respeto a lo que decide la mayoría, se altera y da gusto al que por gusto se opone. La única manera de eludir el pensamiento único es respetando a las minorías manteniendo su naturaleza, presencia y características, pues la unanimidad no deja más que dos posibilidades: o la exclusiva satisfaccíón del único que no piensa como los demás -que suele ser siempre por algo-, o que los demás hagan todo lo que sea preciso para que ese único cambie de opinión: y si no ha cambiado hasta el momento de la votación, es porque los razonamientos no han funcionado. Solo optando por regímenes en que todos voten, pero se elija lo que decida la mayoría, se podrá conciliar el principio democratico (el mejor, en política y en lo que sea) con el verdadero respeto a los disidentes, que es el que dimana de no tener ni que odiarles -ni guardársela- porque nos jodieron, ni que imponerles la voluntad única recurriendo, si es preciso, a la coerción, el ridículo o cualquiera de las vis.
L.

8 comentarios:

espumosoversátil dijo...

Cierto. Magnifico desarrollo de lo que todos, sujetillos más o menos decentes, tendríamos que tener bien grabado en nuestro ADN ciudadano o democrático. Es curioso, pero esta tarde, me planteaba un amigo una cosa que se me acaba de pasar ahora por la cabeza, y creo que estando relacionado también es generalizable a otros gremios, por eso la voy a decir. Y es la unanimidad "de facto" que opera en el mundo médico. Lease el corporativismo, que como sabemos, alcanza su máximo esplendor cuando hay sombra de error o negligencia. En este caso el criterio-fáctico- de la unanimidad salva o, cuando menos, protege a la casta, adelgaza mucho reclamacionismo ciudadano y evita la huida masiva de vocacionales "MIR-es" hacia la botánica de bajos fondos, pero coloca al enfermo -si puede- o allegado, en la M-40 dirección Casa Campo, pero en sentido contrario, si se le ocurre pisar "Atención al Paciente". Pero, en fin, que no quiero tocarles los cojones a los médicos, ni a los operados, ni a los jueces que se encuentren con la cosa de decidir quién es mejor: Platón, que operó en planta 2 tal día, o Aristóteles, que hace periciales. Bebanse lo mío hoy, cosa más sencilla.

P.S.- Se casa Rodrigo y Estela, mañana, en Santa María de los Ángeles, en San Vicente de la Barquera (Cantabria); asisten 26 allegados muy íntimos. Les deseo lo mejor. Y a Chemita le pido que meta unos benjamines para mañana en la cámara para compartir madrileña y espumosamente el enlace. Hasta más ver.

P.S.- Impresionante encuentro con Ana en el Corte de Argüelles. Concluyó con un "a ver si me llamas"...(sigue tremenda, amigos):)

Anónimo dijo...

En un mundo mejor (que diría el blogero)...espumosoversatil/anonimoversatil y no sé cuantas versiones mas, abriría su propio blog, enviando ahí a sus amigos/conocidos, para dejar de quedar aquí, que no es el suyo, y dejarnos de dar el coñazo a todos, que no nos interesa su enriquecedora y bohemia vida.
Hasta más ver (A. Lecter).

adiósversátil dijo...

Bien dicho. Y tienes toda la razón. Siempre me excedo, en todo. Es un defecto que tengo. Soy consciente de que esta práctica ha adquirido ya la categoría de "monomanía", y, por la salud de todos ustedes y la del Blog (yo ya no tengo cura), me replegaré a mi condición de lector de "Guardia en el Mundo". Y suya es la sugerencia de abrir un blog, la que me brinda, pero déjeme decirle que no estoy por la labor, por la sencilla razón de que mis comentarios no adquieren la importancia de un post, y creo que le importaría a muy poca gente, por no decir nadie,(y lo digo sin victimismo alguno, se lo aseguro) mi blog en sí mismo considerado. Pero, en fin, concluyo dándome mi propia medicina, y como si mi propia conciencia escribiera, les digo,-(pq me lo dicta)-,.. si una vida tan rica y bohemia tienes que haces aquí parasitando la audiencia de los demás? Pues eso, que "una cosa es predicar y otra dar trigo", así que me aplico el cuento y me quedo con sus caras de asombro cuando pasen los días y los días y no entre ningún poliformo-versátil como anónimo comentarista. Gracias por hacerme ver mis debilidades. De verdad.

P.S.- ...por cierto, tamaño personaje requiere su rigor: Hannibal Lecter, con H.

demagophobe dijo...

Acabo de ver estos dos comentarios y, como todavía estoy un poco dormido y a reserva de pensar con cordura, solo aventurar dos comentarios:

- Muy mal, anónimo, por la critica y los términos
- No bien, AV, por caerseme a la primera de cambio. Es buena la autocrítica, pero seria una pena no leerle mas, porque Ud. es bueno, y enriquece.
Un saludo y les hablo cuando me despierte bien

Anónimo dijo...

Tres precisiones: 1) a adiosversátil, le honra su comprensión, al margen de la conformidad o discrepancia con los míos. Yo no hablo de marcharse, sino de no fagocitar, y lo del blog es, desde luego, en su caso y en el de cualquiera, el mejor cauce para explayarse en términos propios. usted en todo caso hará lo que bien crea procedente; 2) al bloguero; como ha de primar la libertad de expresión y no la unanimitatis, creo que la crítica y el "muy mal", resulta desproporcionado.
3) A. Lecter no es un personaje, es una persona. El de la H. sí y cada uno toma su referencia de donde quiere.

demagophobe dijo...

A ver, anónimo: como le creo nuevo en este blog, le recuerdo las normas. Criticas solo a mí (le adelanto que soy bajito, rellenito, acelerado y muchas mas cosas, con lo que la tarea no resulta difícil). Con los demás, solo discrepancias. AV ejercita en este blog una inteligente espontaneidad, lo que hace muy poca gente. Y si el precio es que se lance y en plena exaltación de la amistad nombre a los suyos, me parece perfecto. Y no le estoy defendiendo, porque tiene cultura, inteligencia y medios para hacerlo solito con medalla. Respecto a Ud, por los términos y más que racional encauzamiento del hilo conductor de sus posts, sería una pena -y una perdida para mí-, que estas sus primeras intervenciones (que espero no sean las ultimas) no fueran destinadas a colaborar en hacer de este un blog de amigos que se enriquecen entre sí.
L.

Leónidas dijo...

pues yo tambien he mirado todo desde el sueño, pero percibo polémica y no precisamente por el meollo del post.

Ya leeré detenidamente todo, aunque si de verdad se quiere discrepar, que sea del tema...nunca me gustó la unanimidad pero tampoco el que un grupo (de amigos, por ejemplo) impongan a uno el qué se ha de hacer (por eso yo siempre intenté hacer lo que me apetecía, sin malos rollos con el resto)

Pero claro, traspolando eso a instancias de gobierno, justicia, etc... y hablando de la misma Democracia, las cosas no pueden ser así, pues hay cosas que no pueden dejar de hacerse o aplicarse solo porque unos no quieran "participar"

La verdad es que cuesta aceptar sin mas que si hay 10 "tontos" en un lado y un "genio" en otro, el sistema democrático diga que los 10 tienen razón. Pero ya sé que decir estas cosas no es políticamente correcto... ahi queda, para polemizar si se quiere (y dejemos de "atacar" a Animoversatil por hablar a veces de otras cosas... eso no creo que moleste a nadie. Polemicemos y enriquezcàmonos con ello con los verdaderos temas que propone el autor del blog)

demagophobe dijo...

Bien dicho, amigo mío. Y es que todavía me alucina que haya gente cuya primera intervención sea para denostar a los de casa. Me corté porque, pensando que el crítico maledicente era alguien a quien conocía, esta tarde, y tras aplicarle mi tercer grado, el pobre me ha jurado y perjurado que no había sido él. Cosa que me ha aliviado, porque me resultaba imposible que un amigo, aun teniendo sus propias ideas, se pusiera exclusivamente a expulsar a otro amigo -AV.- anónimo, pero amigo. Pero claro, si uno lo piensa bien es el precio que hay que pagar por implicarse. El mejor signo de que AV logró también hacer un poquito suyo este blog fue, precisamente, que también le salpicaran las críticas. Quien con blogueros duerme, injuriado se despierta. Fuerte abrazo y gracias por seguir ahí, Airman