jueves, 4 de marzo de 2010

Cuento chino

Hace muchos, muchos siglos, en las altas montañas de cierta cordillera china, un hombre ascendía un pico nevado acompañado por su hijo, su padre y una manta: el anciano padre había llegado a la edad en que, como era costumbre, los viejos de la aldea eran abandonados en lo alto de la montaña sagrada para morir, inútiles ya para cualquier actividad del campo, una boca más que alimentar en medio de la carestía.
Llegados ya a la cima, al divisar una cueva natural, el hombre dijo a su hijo:
-Acompaña a tu abuelo hasta esa cueva, ayúdale a sentarse, dale la manta y, tras despedirte de él, vuelve pronto, que hay que volver a la aldea.
El níño, obediente, tomó de la mano a su abuelo, le ayudó a meterse en la cueva y, al rato, el anciano, con voz preocupada, dijo al hombre:
-Tu hijo sólo me ha dado media manta: haz que me la de entera, al menos para cubrir todo mi cuerpo.
El padre, extrañado ante la conducta de su hijo, que siempre había sido obediente y manso, le recriminó tal actuar, a lo que el hijo, inmutado, respondió:
- La otra mitad de la manta, la guardo para tí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los niños no obedecen, imitan. En vez de darles buenos consejos, lo que habría que darles son buenos ejemplos. Porque lo mismo que hagamos nosotros con nuestros padres y abuelos, será lo que hagan ellos con nosotros. Lo curioso de la vida es que, antes o después, todos acabamos teniendo lo que nos merecemos, tanto lo bueno como lo malo. Por eso, el cariño, el respeto y la admiración a nuestros mayores, son (y habrán de ser siempre) valores seguros que ofrecen una alta rentabilidad a largo plazo. ¿Por qué no invertir en ellos?.

Anónimo dijo...

Comentarista número 1,es muy bonito eso que dice y lo comparto.Pero hay un aspecto con el que no estoy de acuerdo.En concreto,cuando dice que "lo curioso de la vida es que,antes o después,todos acabamos teniendo lo que nos merecemos,tanto lo bueno como lo malo".Parece sostener usted una suerte de "justicia retributiva vital" que premia o castiga con lo bueno/ malo,porque antes correspondientemente así obramos.

No lo creo.La realidad hace ver que no siempre es premiada la virtud y que el hombre justo termina a veces en el fracaso externo.No podemos con-fundir lo que nos gustaría con lo que es.Tan pronto,como acertadamente,Sócrates se planteó este problema.Y para resolver la dificultad el filósofo griego interiorizó el concepto de éxito,es decir,el éxito de la virtud es la salud del alma; por tanto lo que cause daño al alma(la maldad)es lo que constituye el fracaso del hombre: el fracaso se identifica con la maldad.Así terminó eliminando la tendencia humana al triunfo en la sociedad;todo campo de acción positivamente valiosa se reduce a su interior,la moralidad pura,la "virtud interna".

"Los niños no obedecen,imitan".Esto no es que sea discutible es que no es así.Es interpretable-lo que nos quiere decir- su recomendación de que "los actos" quizá sean fuente más efectiva que "las buenas razones" como guía moral en los niños;y de tener que optar por uno sería más sensato quedarse con los primeros.Éso,es coherente en su esquema.Pero precisamente el ser humano no tiene que optar necesariamente por uno de ellos,pues aunque pudieran parecer aspectos que mutuamente se excluyen,sin embargo, en verdad se complementan.

Lo que ocurre es que estamos condicionados por una realidad en la que diariamente vivimos la incoherencia de los actos frente a las palabras,vale decir: la del médico que fuma en la puerta del Hospital,la del padre que manda al hijo ser diligente mientras él vaguea,etc.De ahí que estemos condicionados,originando una forma de pensar tan errónea cuanto explicadora de su frase: "En vez de darles buenos consejos,lo que habría que darle son buenos ejemplos",pero de ningún modo prueba de que ambos aspectos-ejemplos y buenas razones/ consejos- deban estar presentes en la forma de alternativas excluyentes en la educación del niño.

¿ En qué forma y medida se deben de relacionar ambos elementos? La solución,hasta el momento no superada, nos la ofrece Jean Piaget (1896-1980),para quien la obediencia pura estaría presente en la primera etapa-moral de obligación-.

...podría estar así toda la tarde,lo cual sería negativo para el "creador del blog",para sus lectores y para mí.Muchas gracias.

P.S:Me voy a estudiar la forma rectangular de la botella de J.Walker,ingiriendo su líquido contenido para verla con claridad.Compartida,claro.Feliz fin de semana!