jueves, 16 de septiembre de 2010

Lauticia




Pequeño paréntesis de Pekín a Ciudad Real para recordar con cariño a una persona y un sitio excepcional: Felipe y Lauticia. Una persona y un bar que, más que bar, es uno de esos lugares seguros donde te sabes tranquilo, en paz y donde hay alguien que te dará alimento, conversación y cariño. Una pena que no esté en Madrid, donde, a mi juicio, debería estar. Pocas cosas había mejores que la puesta de sol con Belén, Jose Manuel y Felipe alrederor de un vermutito con selz, unas gambas rebozadas -vulgo "crustáceos" para nosotros- y la eterna sonrisa de quien era capaz de servir quinientos platillos en una tarde, dar mil conversaciones y hacerse querer ecuanimemente pro todo tipo de gente. Espero que sigas ahí, Felipe, porque eres la única institución verdaderamente necesaria de toda una región de España

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerdo cuando te regalaron ese botellon, no se cierto si de cava o cerveza, para tu despedida, parecias el niño de freixenet. Bss

demagophobe dijo...

Muy agudo, anónima-no anónima: me encanta comprobar que gente de esa época sigue todavía cerca de mí. Gracias

Anónimo dijo...

Bueno, cerca, cerca.. tampoco, digamos a una distancia prudencial que tu tienes más peligro que una caja de bombas. Bss

Por cierto que hiciste con ella aún la tienes, y que fue de la joya que tenías encima de la tele?

Leónidas dijo...

recuerdo el bar y todo lo que comentas era tal y como lo relatas. Que buen vermuth y que buens gambas!

Anónimo dijo...

Una noticia de la época que le alegrará saber, Anita a sido mamá el día 15, de una niña preciosa que se llama Olivia. Bss