
Aquel hoy me había apetecido escaparme solito al puesto de dumplings, pedirme un recipiente de Saolong y, junto con una Tsingtao, empaparme unas cuantas definiciones de chino de negocios. Y a la vez que intentaba buscar una imagen nemoténica para recordar el esencial concepto de Guanxi (relaciones humanas y contactos que subyacen, preparan y posibilitan cualquier relación de negocios en China), pensaba que los chinos han comprado tres cosas: el capitalismo, el progreso y una suerte de transición democrática que, cuando menos, se debe calificar de inteligente y más que oportuna(quien inventó eso de "engañar como a un chino" era, probablemente, un resabiado al que habían tongado). Y los han comprado a capón, pagando en líquido, a fuerza de billetes y sin préstamo o hipoteca alguna. Es impresionante cómo han hecho cambiar Pekín en tres años para los juegos olímpicos, como varían ríos, restauran ciudades enteras y crean campus tecnológicos a fuerza no de yuanes, sino de los dólares y euros que han ganado en América y Europa. Y por si fuera poco, los tíos van, nos compran casi toda la deuda pública y nos dan otro (quizás el último) balón de oxígeno a la espera de ver si nos echan o no del SME. Con los chinos está pasando como con la Thyssen, que había que ponerles a ambos una medalla: a la Thyssen por traerse a Madrid la cole del Heini, y a los chinos, por salvarnos el trasero financieramente. En fin, que a veces no se ni qué pensar, salvo que son un pueblo curioso, combinación de mente colmena, fe en el devenir y el dejarse llevar por el fluir de los acontecimientos, y un peculiar orden fruto de la necesidad de convivencia.
1 comentario:
Gracias por describir y dar una imagen tan clara de lo que son los chinos. Desde luego que son un pueblo curioso. Y tienes razón en lo de que nos han dado el último balón de oxígeno. Algun día he de ir a visitar ese país.
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