miércoles, 15 de septiembre de 2010

reflexiones a raíz de otra comida "rápida"

Aquel hoy me había apetecido escaparme solito al puesto de dumplings, pedirme un recipiente de Saolong y, junto con una Tsingtao, empaparme unas cuantas definiciones de chino de negocios. Y a la vez que intentaba buscar una imagen nemoténica para recordar el esencial concepto de Guanxi (relaciones humanas y contactos que subyacen, preparan y posibilitan cualquier relación de negocios en China), pensaba que los chinos han comprado tres cosas: el capitalismo, el progreso y una suerte de transición democrática que, cuando menos, se debe calificar de inteligente y más que oportuna(quien inventó eso de "engañar como a un chino" era, probablemente, un resabiado al que habían tongado). Y los han comprado a capón, pagando en líquido, a fuerza de billetes y sin préstamo o hipoteca alguna. Es impresionante cómo han hecho cambiar Pekín en tres años para los juegos olímpicos, como varían ríos, restauran ciudades enteras y crean campus tecnológicos a fuerza no de yuanes, sino de los dólares y euros que han ganado en América y Europa. Y por si fuera poco, los tíos van, nos compran casi toda la deuda pública y nos dan otro (quizás el último) balón de oxígeno a la espera de ver si nos echan o no del SME. Con los chinos está pasando como con la Thyssen, que había que ponerles a ambos una medalla: a la Thyssen por traerse a Madrid la cole del Heini, y a los chinos, por salvarnos el trasero financieramente. En fin, que a veces no se ni qué pensar, salvo que son un pueblo curioso, combinación de mente colmena, fe en el devenir y el dejarse llevar por el fluir de los acontecimientos, y un peculiar orden fruto de la necesidad de convivencia.

1 comentario:

Leónidas dijo...

Gracias por describir y dar una imagen tan clara de lo que son los chinos. Desde luego que son un pueblo curioso. Y tienes razón en lo de que nos han dado el último balón de oxígeno. Algun día he de ir a visitar ese país.