viernes, 22 de junio de 2007

Tideland. Terry Gilliam


Brazil, doce monos, the Fisher king, fear and loathing in Vegas... La ví anoche, en buena compañía -con quien puedes centrarte en degustar una buena película: tenemos pendiente la obra "auge y caída de la ciudad de Mahogany, en el matadero", no lo olvides-, y necesitaré, como decía a Atanes, unos días de digestión. Es imposible pretender que la crítica Republicana de la Administración Bush acepte una película así: Gilliam en estado puro, desprovisto de límites autoimpuestos, condicionamientos estéticos... estaba esperando una obra así, la pasó al guionista y, hablando pronto y claro, entró a degüello en lo que no se si es un suicidio o un acto sublime. Desde luego, el hecho, como dice Atanes en su (otro) magnífico post, de que sólo la estén pasando en tres microsalas en toda España, da qué pensar. En todo caso, a este devorador de finales de Gilliam -los mejores del cine-, le ha parecido un final inmenso, sólo a la altura del principio. Lo que hay entre medias, si es que pueden aprehenderlo, mejor que lo juzguen Uds.

2 comentarios:

Carlos Atanes dijo...

Bueno, el mío aquí: http://carlosatanes.blogspot.com/2007/06/gilliam-ha-vuelto.html

demagophobe dijo...

Gracias, D. Carlos. Seguro que supera cualquier modesta aportación de este su seguro servidor