lunes, 18 de junio de 2007

Et in Arcadia ego. Poussin, la Revista de Occidente y la mística oculta


A raíz del excepcional artículo de Javier Jiménez Campo en la Revista de Occidente que me fue desvelado (como Isis) por la inefable y querida MTH, y por dar un poco de pábulo al Sr. Atanes y sus infundadas, ocultas y pétreas sospechas, traigo al blog uno de los cuadros más examinados desde el punto de vista místico: los pastores de la Arcadia, de Poussin. Efectivamente, se descubrió la tumba idéntica en Rennes-le Château; los picos del cuadro coinciden con los del paisaje y, si alteramos el orden de la famosa inscripción latina, se lee "I tego arcana dei", es decir "alejaros, pues yo oculto los secretos de Dios", tan cercano al "Hic sunt leones" de las bibliotecas medievales, o al "lasciate ogni speranza, voi ch'intrati" que Dante puso en las puertas del infierno. Si añadimos quién supervisa el descubrimiento, y las claras alusiones en la obra de Poussin a la autorrealización, acabaremos analizando de carrerilla el "Visita Interiora Terras Rectificatur Invenies Ocultum Lapidum". VITRIOL. Food for thought.
(Para quienes quieran profundizar en el tema, sugiero el trabajo clásico de 1955 de E. Panofsky, "Et in Arcadia Ego: Poussin and the elegiac tradition", de la obra "meaning and the Visual Arts, New York, 1955", páginas 295-320 (Arcadian Shepherds).L.

P.S.- En futuros posts, laberintos, Borges, números y el juego de la oca.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, efectivamente yo también creo que ese artículo recomendado es excelente, aunque confieso que requiere una segunda lectura (al menos en mi caso). La derivación de Et in arcadia ego a Rènnes-le-Chateau me sorprende. He estado allí en un par de ocasiones y lo desconocía. Yo me quedé con el viento voceando en la glorieta de Tour Magdala, con la inscripción (Terribilis est locus iste) emergiendo entre las palabras Hic domus dei est et porta coeli de la capilla y con la mirada inquietante de Asmodeo en la pila bautismal. No es que me acuerde de memoria de las inscripcones. Podéis enconrarlas en el libro "Clef du Royaume des morts: Rennes Le Château" escrito por Alain Feral. Y también os sugiero "El enigma sagrado": el Abad Saugnière y Rennes le Chàteau ocupan un lugar importante. Aunque, en fin, me quedo con la experiencia sensorial y sensitiva, con el cúmulo de circunstancias extrañas que me han acompañado en cada una de las tres veces que he estado allí.
M.

Carlos Atanes dijo...

La primera vez que pasé por Rennes-le-Château (allá por 1998 ó 1999) pregunté por la tumba del cuadro de Poussin y me dijeron que ya no estaba. La última vez que pasé por Rènnes-le-Chateau (¿2005, 2006?) apenas quedaba algo de Rènnes-le-Chateau. Pero a pesar del bullicio el misterio permanecía intacto. Recomiendo visitarlo a finales de agosto / principios de septiembre y de regreso comer un confit de canard.

demagophobe dijo...

No considero incompatibles las creencias profundas religiosas con la aceptación de realidades como la existencia de lugares telúricos, fuerzas cósmicas et alii. El propio núcleo terrestre no es más que una bobina gigantesca destinada a protegernos de los rayos cósmicos, lo que me lleva a pensar que la creación no tiene por qué dejar de abarcar las realidades mecánicas, químicas -no somos más que carbono vivo, ¿no?- e incluo cuánticas. Los lugares telúricos se palpan, se sienten con una intensidad única. Gracias, anónimo, por tus sensaciones

asmodeo dijo...

hola. recomiendo el libro "el oro de rennes" de Gérard de Séde, muy bueno